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El legado de Albertina: la mujer que revivió la tradición del Ño Carnavalón

Mujer de esfuerzo nacida en Lupica, pero criada en Bolivia, residió en el Valle de Azapa durante más de 50 años, donde fue parte de su desarrollo cultural, dando apoyo en el Ño Carnavalón, el patrono San Miguel y las actividades del 1° de noviembre.
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Actualmente más de 13 mil personas se reúnen en Arica para bailar en el Carnaval, compartiendo las tradiciones andinas sin titubear o avergonzarse. Sin embargo, hace 50 años en la década de los '60, había discriminación y rechazo a todo lo que fuera parte de la diversidad cultural.

En esa época, cuando hasta hablar aymara era prohibido, Albertina Felipe Cáceres defendió e impulsó las tradiciones andinas en el valle de Azapa, agradeciendo a la madre tierra con el desentierro del Carnavalón, reuniendo comparsas que luego fueron las fundadoras de lo que hoy es el tercer carnaval más grande de Sudamérica.

El 25 de diciembre, Albertina dio su último respiro en este mundo, pero su legado será siempre recordado en el Valle de Azapa y en la región de Arica y Parinacota.

Valoró cultura andina

Madre de seis hijos y alrededor de 10 nietos, nació en la localidad de Lupica, pero a los dos años se la llevaron a Bolivia de donde eran sus padres quienes habían cruzado la frontera para trabajar en la precordillera.

"Mi papá trabajaba en el canal de Lauca y nosotros nacimos en Misitune, llegamos a Azapa como el '62", recuerda Florencio, el segundo hijo de Albertina.

Años más tarde organizó un tarqueada con familiares del pueblo de Huachacalla (Oruro) y luego de que una adulta mayor llamada Dolores ya no podía hacerse cargo del desentierro del Carnavalón, Albertina organizó la fiesta con toda la esencia andina.

"Entre el '67 y '68 comenzó a hacerse cargo del Carnavalón hasta el día de hoy; nosotros contamos con hasta nueve tarqueadas, algunos se transformaron en toba como Andino Sajama, otros en caporales como San Pedro de Totora".

Florentino reconoce el valor que tuvo su mamá en aquella época, donde no existía el reconocimiento que se vive en la actualidad.

"En un momento nadie creía en esa actividad, la tarqueada era vista como algo prohibido, no se podía hablar aymara, pero mi mamá se impuso hasta que en San Miguel había hasta 35 agrupaciones que bailaban. Un día llegó Carlinhos y contrató a agrupaciones de acá para que fueran a la Ginga".

Luchadora

Su hija mayor, Jesusa, comentó que su madre fue una mujer muy "luchadora, siempre se desvivió por sus hijos y esposo, por mantenerlos. Fue la fundadora del Carnavalón, también del baile religioso Diablada (con el grupo patrono San Miguel); también fue fundadora de las actividades para el 1° de noviembre; estuvo también en la fiesta de Pastorcitos, ella se desvivía por San Miguel".

Jesusa recuerda que su madre le inculcó que la madre tierra está dentro del Carnavalón, "es una lucecita de ella, esos días está de fiesta la tierra y uno agradece por la bendición de la cosecha".

Desde 2017 la productora Mimbre comenzó un proyecto documental de Albertina, donde el director es el antropólogo César Borie; su muerte golpeó fuerte al equipo, pero les ha dado fuerzas el anhelo por perpetuar su legado y que sea reconocida y valorada por todo lo que entregó al valle de Azapa y a la región.