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El efecto negativo del boom de la ropa de segunda mano

El incendio a principios de enero generó problemas de salud en los vecinos de Alto Hospicio por el humo negro que salía desde vertederos ilegales donde dejan los residuos textiles. Expertos advierten de los riesgos de esta práctica.
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Francisca Cabello Iriarte

Uno de los fetiches más grandes de las iquiqueñas si de vestuario se trata, es poder adquirir prendas de segunda mano a bajo costo pero tan originales que es poco probable encontrar a una persona con la misma. Hoy este nicho se ha visto masificado con el arribo de marcas europeas que se pueden encontrar tanto en el Terminal Agropecuario de Iquique como en el de Alto Hospicio.

En el de la capital regional, hace ocho meses que Ulises Contreras inauguró su tienda "Ferrada Fashion Clothes", luego de quedar cesante tras haber trabajado siete años en Zofri. Fue este mismo lugar el que le dio la inspiración para emprender y ocupar dos locales del agro trayendo ropa de selección sacada de los fardos.

Aunque no se trataría de prendas americanas propiamente tal. "Lo que quería hacer yo era renovar el terminal y traer Mojito, Zara, Mango, H&M, Desigual, puras marcas europeas con un estilo muy diferente, yo me pongo ese tipo de prendas y la gente te mira automáticamente", explicó el joven de 29 años.

Este fenómeno ha cautivado también a personas de mayores recursos económicos, ya que se pueden ver doctores, ingenieros, universitarios y toda clase de persona queriendo adquirir este tipo de indumentarias, que no se encuentran en ningún lugar del retail local.

Problemática

Este boom de la ropa importada se debe a que al Puerto de Iquique ingresan anualmente 55 mil toneladas en textilería, según los datos entregados por Zofri, y el 25% de ella se iría a vertederos ilegales que se encuentran en la comuna de Alto Hospicio.

Para el gerente de la empresa local Ecofibra, Franklin Zepeda, el residuo textil es mayor, agregando que en 2018 se habría registrado la presencia de 59 mil toneladas de ropa, "de las cuales el 40%, según una estimación de Zofri, pasa a ser residuo textil, que son 23 mil toneladas. Sin embargo, ese número queda chico, ya que los mismos usuarios han declarado que esa cantidad es mucho mayor. Estamos hablando de casi 35 mil toneladas de residuos textiles al año", contó Zepeda. Esto se traduce a un 59% del total que se destina para ser botado.

Transcurrían tres días desde el inicio del 2019, cuando Maritza León llegaba a su casa en la población Altos del Sur, ubicada en el sector La Pampa -al sur de Hospicio- y donde es presidenta de la Junta de Vecinos. Bastaron pocos minutos para que se diera cuenta del humo que provenía del Cerro Tarapacá, donde dos viviendas que eran utilizadas como casas de acopio de basura y ropa, fueron consumidas por el fuego que no cesó hasta horas de la tarde.

"Ese día del incendio el humo fue espantoso, lo teníamos encima, no podíamos respirar, fue terrible (...) Obviamente les comuniqué a mis vecinos que no se asustaran, porque claramente yo sabía que era una quema que se estaba haciendo, pero ya como las cuatro de la tarde había fuego y llamas que desde mi casa se veían", contó la presidente sobre lo ocurrido el pasado 3 de enero.

Para ella y toda su familia, este acontecimiento es más de lo mismo, ya que el año pasado vivieron experiencias similares a tal punto de plantearlo en la mesa del concejo municipal junto al alcalde de la comuna, Patricio Ferreira, no obteniendo soluciones alentadoras.

"En estos momentos nos sentimos súper desprotegidos e intranquilos a la vez porque esto es una preocupación inmensa y no tenemos apoyo de nadie. Nosotros vivimos acá donde tenemos ese vertedero que nos está haciendo mucho daño, más allá estamos llenos de campamentos entonces estamos pasando momentos súper difíciles", confesó.

Agregó que ella también fue testigo de la situación en la que está dicho vertedero, donde habitan personas y roedores, estos últimos escaparon luego del incendio acercándose a Altos del Sur, donde asegura que están llenos de plagas.

Por la calle Unión Europea, en el mismo sector, hace un año que Marta Palma se instaló con un minimarket en el estacionamiento de su casa. Ella se vino de la zona sur del país hace 20 años y está agradecida de todo lo que le ha entregado Alto Hospicio, aunque su único dolor de cabeza son este tipo de hechos de basura y contaminación.

Palma hace un mea culpa por no poseer los contactos de autoridades que las mantengan al tanto de lo que pasa con los basurales, siendo las redes sociales el único medio por el cual se informan de donde provienen estas constantes quemas.

En su relato y tono de voz se siente su ánimo de resignación y afirma que esa es la sensación que tiene con todo lo ocurrido. "La verdad es que poco se reclama y ellos (las autoridades) no han hecho nada en todo caso, nunca vinieron a ver, yo vi correr a bomberos para allá en bicicleta y a pie pero nada más, es estar como atados de mano porque estamos olvidados", expresó.

Con respecto a la percepción del municipio, el edil Patricio Ferreira mencionó que según sus catástros de la ropa que se importa, "sobre un 80% y quizás más, finalmente va a dar a Alto Hospicio a vertederos clandestinos y así nosotros tenemos kilómetros cuadrados contaminados. Son más de 13 puntos donde hay contaminación ambiental por la ropa y ahora último, tenemos quemas ilegales que son perjudiciales no solo para el medio ambiente, sino que para la vida de nuestra gente en la ciudad".

Un plan que han comenzado hace dos años a impartir, ha sido tratar de soslayar este impacto potenciando la reutilización de las prendas. Este año cuentan con 25 mujeres las que han sido capacitadas para darle otro carácter de usabilidad a estas telas, aunque dice que este proyecto disminuye una cantidad muy baja de lo desechado y por eso están en búsqueda de tecnologías internacionales para combatir el tema que según Ferreira, se debe concretar en una labor público-privada.

Salud

Como dijo Ferreira, estos problemas con la ropa desechada en Alto Hospicio podrían afectar directamente a la calidad de vida de los habitantes, así lo confirmó Miguel Segovia, director subrogante de Ingeniería Civil Ambiental de la Universidad Arturo Prat.

Aseguró que la mayoría de los textiles que llegan a parar a los basurales ilegales, son confeccionados con fibras vegetales y sintéticas, resultando ser materiales inflamables ante una chispa, un aumento en la temperatura o una fuente térmica importante que se encuentre cerca de estos, provocando "esas combustiones que son definitivamente una fuente de contaminación atmosférica", puntualizó.

Según el académico, al respirar esta sustancia tóxica puede provocar picazón en la nariz y garganta, debido a que el humo negro que veía Maritza León son partículas sólidas que no se combustionan totalmente, lo que resultaría "sin ser taxativo, es que nos vamos a encontrar con materiales que pueden ser cancerígenos y eso por supuesto que es grave, porque estos se pueden ir acumulando en el cuerpo humano y generar el desarrollo de enfermedades de esa naturaleza, es decir de cáncer en las personas".

Soluciones

Una alternativa que apostaría por la economía circular es la iniciativa que comenzaría a gestarse en marzo y que nació desde la empresa Ecofibra, que elaboró un modelo de acopio de aproximadamente 500 toneladas mensuales, de las que utilizarán entre 200 y 300 para la producción de paneles de aislación térmica para viviendas.

A esto se suman productos como alfombras, cortinas térmicas y eco paneles, un producto especialmente destinado para la minería porque son módulos que se construyen y al interior incluye la aislación térmica. El proceso inicia con la materia prima (residuos textiles) que se limpia y desinfecta para luego triturarla en la máquina que fue comprada por Zofri, ya que también cuenta con el respaldo de la empresa, Corfo e Inacap. Luego, se desfibra para hacer el panel y se le agregan aditivos anti ignífugos y anti hongos.

Esta idea además de contribuir con el medio ambiente, tiene un carácter asequible porque el protagonista principal serían los desechos. "Estamos teniendo un costo de casi un 50% más barato que la competencia actual. Si lo comparamos con un panel de poliéster y algodón, este tiene un valor aproximado de $59 mil y el nuestro va a costar entre $20 mil y $25 mil, o sea hay un ahorro sustancial y si lo comparamos con la lana mineral, el mismo paño cuesta $79 mil en tiendas, o sea que la persona o el constructor que quiera adquirir este producto va a ver un ahorro en la fabricación de estas viviendas", afirmó el gerente de Ecofibra.

El gobierno ve esta problemática latente, informa la seremi de Medio Ambiente, Moyra Rojas, quien comentó que "hemos conformado una mesa multisectorial con los actores relevantes del tema , seremi de Salud, Transportes, Aduana, Zofri y Municipios, que se han focalizado en dos frentes, uno visualizando alternativas de reincorporar al proceso productivo los descartes de la ropa usada mediante economía circular y por otro lado, analizar las herramientas legales para frenar la generación y crecimiento de los microbasurales, colaborando con los municipios en sus facultades fiscalizadoras y sancionatorias de esos lugares".

"Vivimos acá donde tenemos el vertedero que nos está haciendo mucho daño

Maritza León, vecina."