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"La Favorita": una historia de tres mujeres con poder

El director Yorgos Lanthimos afirmó que leyó el guión de la película por primera vez hace nueve años.
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Amelia Carvallo - Espectáculos

La cinta "La Favorita" está ambientada en la corte británica de comienzos del siglo XVIII a través de tres personajes claves: la reina Ana (Olivia Colman), Lady Sara Churchill (Rachel Weisz) y la joven Abigail (Emma Stone ). La película estuvo nominada en cuatro categorías de los pasados premios "Globos de Oro", obteniendo un galardón Colman como "Mejor actriz en comedia". El responsable de esta producción es el cineasta Yorgos Lanthimos, quien sorprendió con la historia de época centrada en un triángulo amoroso.

Lanthimos indicó, según la agencia de noticias DPA, que su atracción por la historia fue porque "se trata de una historia íntima de tres mujeres que llegaron a tener mucho poder en un determinado momento. Me atrajo la oportunidad de crear una trama con personajes femeninos muy complejos".

Además contó que leyó por primera vez el guión hace nueve años. "Empecé colaborando con la escritora Deborah Davis, que sabe mucho acerca de los personajes y la época tras haber llevado a cabo una exhaustiva investigación", afirmó.

En relación a las tres protagonistas dijo que "¡son impresionantes!" y su cercanía con Rachel y Olivia, ya que las había dirigido antes. "Creo que es bueno repetir experiencias cuando han sido tan buenas y construir sobre esas relaciones. No conocía a Emma, pero tenía muchas ganas de trabajar con ella".

El cineasta afirmó que una de sus labores más importantes en el desarrollo de cualquier película es "escoger a los intérpretes adecuados para cada papel, y luego darles el espacio que necesiten para desarrollar su creatividad".

En torno al foco de comedia que desarrolla la cinta, Lanthimos expresó que el gusta crear un "tono que navega por distintos lugares, siendo cómico a veces, pero también dramático por momentos", agregando que busca un equilibrio, ya que la percepción del público puede ser diferente, porque lo que es motivo de risa para una persona puede ser dramático para otra. "Me gusta que el tono no esté claramente definido".