El fin de un ciclo de 20 años del "Supermercado Francisca"
Los dueños se irán a Santiago para apoyar a sus hijos, una ejerce el periodismo y el otro entrará a la universidad.
Emplazado en los populares locales azules de calle La Tirana con calle 4, el "Supermercado Francisca" cerró ayer un ciclo de 20 años de servicio ininterrumpido a la comunidad.
Un cartel escrito a mano y con plumón de color rojo se observa en uno de los exhibidores, donde se lee el siguiente mensaje de despedida: "...solo decir que los llevaremos en nuestros corazones. Será hasta una próxima oportunidad. Gracias totales", un adiós que incluye una frase del recordado artista Gustavo Cerati.
Larry Aguirre, propietario, recuerda que hace 23 años llegó a Iquique junto a su esposa y su hija Francisca, motivado a que lo habían contratado para trabajar prestando servicios de alimentación para los casinos de importantes empresas de la región.
Negocio familiar
A los tres años cerró la empresa y él decidió emprender con un negocio familiar, una tienda de barrio que bautizó con el nombre de su hija: Francisca, quien ahora es periodista de un canal nacional y vive en Santiago, motivo por el cual decidieron cerrar la historia de vida que forjaron en Iquique para evitar la desintegración familiar.
Además, tienen un segundo hijo, llamado Mariano, que acaba de egresar de cuarto medio y va a estudiar Comunicación Audiovisual en Santiago.
"Nosotros no tenemos familia acá, mi mamá también se fue a vivir a Santiago con mi hermana, porque se encuentra con problemas de salud, eso también nos motiva a irnos para apoyarla en sus últimos años de vida y ella fue un pilar importante de este negocio, estuvo cuando más la necesitamos", explica Aguirre.
Y es que el supermercado mantenía sus puertas abiertas las 365 días del año, incluso los días del Censo y hasta durante el terremoto del 2014, lo cual motivó a tener una clientela fija y consecuente. "Eso lo agradece la gente. Nuestro trabajo comenzaba a las 6:30 de la mañana y culminaba a las 23 horas, sin interrupción", indicó el propietario.
Una de las caseras es Adriana Toro, ella recuerda que hace 12 años acude al almacén y se acostumbró a la gente, pues a sus 76 años agradece el buen trato.
Cambio de dueño
La buena noticia es que el negocio pasará a manos de otro emprendedor, quien arrendó el local con opción a compra y decidió darle continuidad laboral a las tres empleadas que prestan servicio a la comunidad.
"Espero que el negocio sea mejor que el actual, que tenga más surtido y que incluya carnicería, los nuevos dueños deben aprovechar que tenemos una clientela que nos prefiere, quienes venían por el ambiente familiar que tienen los almacenes de barrio", destacó Aguirre.
Aparte de comerciante, Aguirre se convirtió en amigo de sus clientes, porque vio crecer a los niños, vio morir a adultos mayores y escuchó las penas que muchos llegaban contando.
Liz, Ingrid y María son las empleadas que también han dado la cara por el negocio. "Van a continuar, porque los nuevos dueños saben que ellas hacen un buen trabajo y yo las recomendé. A ellas también les cuentan sus historias, sus penas y alegrías, la gente también viene por ellas", refiere Aguirre.
Este emprendedor asegura que más allá de lo económico y de la comodidad que puedan tener en Iquique, valoran más la unión familiar, aunque no duda de que extrañarán estas tierras, por su clima y sus playas.
Hace 10 años que Liz Yzaga trabaja en el supermercado y la noticia de la partida de sus jefes la llenó de tristeza. "Nosotros somos como una familia, con alegrías, con problemas, con todo, entonces es un momento difícil. Trabajo puede tener uno en cualquier lugar, el tema es que nos acostumbramos a estar juntos, pero hay que cerrar ciclos, aunque el sentimiento y la amistad va a seguir", concluye.
"Nosotros somos como una familia, con alegrías, con problemas, con todo, entonces es un momento difícil..."
Liz Yzaga,, empleada."