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"El rol de la oposición no puede ser decir no a todo"

El ministro realiza un recuento de la actividad legislativa, las relaciones con la oposición y los futuros gobernadores regionales.
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Patricio Tapia - Medios Regionales

Un famoso juez estadounidense, Louis D. Brandeis, afirmó: "Si deseamos respeto por la ley, primero debemos hacer que la ley sea respetable". Pero hacer leyes, respetables o no, es una cuestión que dista de ser sencilla.

Al menos en Chile, desde su iniciativa y tramitación, escrupulosamente regulados, hasta los entendimientos y acuerdos con los parlamentarios, se requiere una especial dedicación de parte de uno de los protagonistas del proceso, el Gobierno. Bien lo sabe Gonzalo Blumel (1978), ingeniero, militante de Evópoli y actual titular del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, cartera que tiene justamente entre sus funciones la de asesorar al Presidente y sus ministros respecto de las relaciones con el Congreso, la elaboración de la agenda legislativa y el seguimiento de los proyectos de ley.

-Pasado un año, en su balance contable de la agenda legislativa, ¿qué pone en el "haber" del gobierno?

-El 2018 fue un buen año para Chile, se puso la economía en marcha e instalamos un conjunto de reformas modernizadoras que responden a las principales prioridades de los chilenos, como la reforma a las pensiones, la modernización tributaria o la modernización de Carabineros. El Gobierno impulsó más de 140 leyes, de las cuales 50 fueron aprobadas y se convirtieron en ley, mientras que otras 56, fueron aprobadas en algún trámite legislativo. Es decir, más del 70% de las leyes fueron avances o fueron aprobadas en el Congreso. Además, aprobamos leyes clave como por ejemplo la Ley de Pago a 30 Días que es fundamental para las pymes, la reforma del Sename, la nueva ley de Bancos, el Consejo Fiscal Asesor, Aula Segura, entre otras. Otra ley que avanzó sustantivamente fue la ley de Migraciones en la Cámara de Diputados, que era una de las principales preocupaciones de los chilenos.

-¿Cuál es su valoración de las mesas de acuerdo transversales para los proyectos de ley?

-Fueron instancias muy relevantes, porque después de mucho tiempo en Chile, empezamos a recuperar la cultura del diálogo, y pudimos ponernos de acuerdo en algunos temas fundamentales para el país como infancia, seguridad ciudadana, Araucanía, salud y desarrollo, con un grupo amplio y transversal de dirigentes políticos, de la sociedad civil, del mundo privado y, en general, de todos los sectores. Haber convocado a la unidad y al diálogo está dando buenos resultados. De hecho, de estos cinco grandes acuerdos nacionales tenemos siete leyes que han sido despachadas o aprobadas en distintas instancias en el Congreso como son las leyes de infancia, Carabineros y la ley del Cáncer que surgió del Acuerdo Nacional por la Salud.

-Hay iniciativas que están a la espera. Así, aún no son públicos los resultados de la mesa de salud...

-Pero sin perjuicio de ello, ya estamos avanzando en el Acuerdo Nacional de la Salud, por ejemplo, en la reducción de las listas de espera o en la reforma a la ley de Isapres que va a ingresar en las próximas semanas al Congreso. También durante el 2018, aprobamos la Ley de Trasplantes y avanzamos en la Ley del Cáncer. Adicionalmente, estamos a punto de terminar la tramitación en la Cámara de Diputados de la Ley de Fármacos II, que es muy importante para reducir el precio de los medicamentos que hoy son excesivamente costosos y estamos realizando las inversiones hospitalarias para modernizar la infraestructura sanitaria del país, mediante la construcción de 25 nuevos hospitales a lo largo de todas las regiones del país.

-Las relaciones con la oposición resulta algo fundamental. ¿Cómo considera que han sido durante este tiempo: a) con el cariño de pololos; b) con las rutinas de una pareja de años; c) con la hostilidad de un matrimonio a punto del divorcio; d) ninguna de las anteriores?

-Todas las anteriores. Fuera de broma, la relación entre el gobierno y la oposición fue de menos a más durante el 2018. En una primera etapa hubo confrontación y un debate más áspero, pero a partir de la segunda mitad del año, los sectores más moderados y constructivos de la oposición, -porque la oposición es muy diversa y en realidad son varias oposiciones-, empezaron a imponer su visión y empezamos a construir acuerdos que permitieron avanzar en leyes muy importantes como la ley de Presupuesto. Lo mismo ocurrió con el reajuste al Sector Público, que no sólo fue un acuerdo entre gobierno y oposición, sino que también con todos los gremios del sector públicos, y otras leyes que fueron muy importantes durante el año como Aula Segura y el Sename, entre otras. Lo importantes es que cuando tenemos acuerdo entre gobierno y oposición, no es que gane uno de los dos sectores, gana Chile.

-El Frente Amplio no parece tener una disposición tan cooperativa.

-Hace poco leí una declaración de una dirigente del Frente Amplio que llamaba a la oposición a articularse para "frenar" la agenda del Gobierno. Nosotros creemos que eso es un error muy lamentable y creemos también que no representa la postura de la totalidad del Frente Amplio. Porque incluso dentro del Frente Amplio ha habido dirigentes dispuesto a colaborar en algunos temas específicos. El rol de la oposición no puede ser decir que no a todo lo que propone el gobierno, sino que tiene que fiscalizar en forma severa, pero también proponer a partir de lo que el gobierno va planteándole al Congreso, eso es lo que corresponde en democracia. Yo creo que sería incomprensible para la ciudadanía que se frenara un aumento a las pensiones, una modernización a Fonasa, o el fin de las discriminaciones y preexistencias del sistema de Isapres.

Los gobernadores

-Suena a que los gobiernos regionales tendrán una importancia mucho mayor a la actual y es el principio del fin del centralismo. ¿Es así? ¿Está claro qué competencias serán transferidas a los gobernadores regionales electos?

-Las leyes de descentralización ya fueron aprobadas, y lo que nosotros estamos haciendo como gobierno es trabajar para implementarlas de la mejor manera posible. Hay un calendario que establece un exigente cronograma para la elección de los gobernadores regionales y también para la transferencia de competencias, y lo que estamos haciendo como Gobierno es poder establecer los mecanismos, los procedimientos y las transferencias que van a permitir poner en marcha esta agenda descentralizadora.

-¿Podría no hacerse la transferencia?

-El texto establece que tiene que haber un set inicial de competencias, pero adicionalmente los gobiernos regionales después pueden solicitarlas en la medida que lo estimen conveniente.

-Si no hay descentralización fiscal, la autonomía regional parece sólo una manifestación de buenos deseos, ¿o no?

-Lo que pasa, es que la descentralización es un proceso continuo que no se termina con estas dos leyes, tenemos que seguir profundizándola en el tiempo... Incluso, queremos fortalecer a los municipios como eje central de la descentralización, porque no solo hay que terminar con el centralismo santiaguino, sino que también con el de las capitales regionales hacia las comunas más alejadas.