Ser de izquierda no debería ser una condición para taparse los ojos ante el descalabrado régimen dictatorial que vive Venezuela.
Por estas semanas fuimos testigos de cómo más de 20 mil venezolanos se reunieron en plaza Italia para pedir democracia en el país caribeño, apoyo que fue reafirmado por gran parte del pueblo chileno. De los cuales, según la encuesta Cadem, el 77% aprobó la decisión del Ejecutivo, sobre reconocer a Juan Guaidó, como representante interino de Venezuela, siendo el 49% de ellos de izquierda.
El pueblo chileno, lo ha dicho en forma transversal. No nos dejemos manipular por ideologías. El Gobierno ha hecho lo que corresponde, abogar por los derechos de los venezolanos y defender los principios fundamentales de una buena y sana democracia.
Atención en supermercado
Estas líneas no significan un reclamo, sino una alerta: el viernes 4 de enero a las 17:00 horas, fui al supermercado Lider como siempre. Soy cliente desde que se abrió y he formado un circulo de amistad con los empleados. Fui a la parte colchones, quería comprar uno, "Cic Anatomic", quedaba sólo uno de plaza y media. Me atendió una dama, me entregó un ticket con el número, fui a la caja para pedir la boleta, porque se agotan rápido, me dijeron que debía ir a atención a cliente. En ese lugar comenzó mi calvario. Soy profesora jubilada de 87 años, ando con bastón, pues sufro de las piernas. Ahí me solicitaron el carnet de identidad, después de media hora, cuando me acerqué, me pidieron la tarjeta. Ya había pasado mucho tiempo. Me acerqué para consultar qué pasaba. Me solicitó el celular, le contesté que no lo tenía, y me dice: "Sin él no puedo atenderla". Me armé de paciencia, tomé un taxi a mi casa a buscar el celular, al volver se lo entregué. Después de esto volvió a pasar mucho tiempo más y no me atendían, me acerqué nuevamente, me dice que están verificando la firma de mi carnet de identidad, pues no era la misma que la anterior, le intenté mostrar la C.I. antigua y no la quiso recibir. Otro largo rato me vuelvo a acercar y me dice que esperaba una llamada de Santiago. Ya habían pasado tres largas horas, realmente me sentí humillada, si no querían darme el crédito lo hubieran dicho al principio.
Le pedí mis documentos y me dicen que vuelva al otro día. Por todo ese martirio que pasé quiero que me respondan una pregunta: ¿Para qué sirve la tarjeta?
Les pido un mejor trato para la tercera edad, nuestro dinero vale igual que de las demás personas.
Valentina Ramírez
Cientista Política
Clelia Musemuci P.