Es evidente como el proceso de globalización ha repercutido directamente en el funcionamiento de los estados nacionales. Esto, a partir de la denominada "crisis fordista en Europa", ocurrida a finales del siglo pasado y donde uno de sus símbolos fue la caída del muro de Berlín, la aparición de las ciudades globales, el dinero internacional, etc.
Uno de estos efectos, en países como Chile, se refiere al proceso de re-territorialización, significando esto que antes solo la capital tenía toda la preponderancia, pero hoy frente al envolvente avance de esta economía global, ha permitido que tanto las regiones como las comunas, aspiren a una gobernanza más ecuánime para sus legítimos intereses de mejoría.
Hoy la escala nacional ha sido degradada dando paso a las escalas global, regional-local; con importante presencia. El Estado y los gobiernos lo saben.
Esta reducción de la escala, ha traído consigo, a diferencia de la administración espacial centralista, una reestructuración administrativa en la cual se encuentran los temas atingentes a la descentralización. De ahí la importancia de la gobernanza que se aplique para la administración regional y de sus comunas, en esta nueva era de avance en procesos tendientes a una mayor descentralización.
Ha sido la acumulación por décadas de demandas de cambios o reformas, las que han incidido en nuestro país, para que el Estado haya comenzado a reconsiderar, a su pesar, una nueva perspectiva respecto a la administración del territorial nacional. Un actuar menos centralizado, que ya se nota injusto pero mejorable.
Es esta cuestión la que ha venido a expresarse en las elecciones democráticas de gobernador regional, programadas para octubre de 2020, oportunidad en la cual será electa una legítima primera autoridad regional; pero que no obstante, como es comprensible, deberá hacer aparición, inexorablemente, la figura del delegado presidencial.
Las regiones han adquirido a causa de los mercados y la cultura global, un nuevo estatus para intervenir en la funcionalidad de gestiones otrora impensadas. Esto, sumado a la "relativización de la escala" y "reescalamiento del espacio nacional", hacen de las regiones y comunas, "sujetos emergentes en la economía global", cuyos objetivos se insertan en un contexto de neodesarrollo regional y local.
De ahí que sean las regiones y sus comunas, quienes concuerden acerca de sus propias perspectivas de crecimiento, desarrollo y bienestar, en las condiciones que ya ha sido señalado en oportunidades anteriores, mejor gestión, trasparencia y mayor participación.
Pedro Oróstica C.