Una catástrofe natural -como la inesperada lluvia del sábado- tiene un lado positivo: nos obliga a pensar el futuro. Sin embargo, existen fenómenos que afectan el normal desenvolvimiento de la ciudad y que no son producto de la naturaleza, sino de la acción humana, como es el caso de inexistencia de una planificación urbana.
Considero que no es necesario explayarse en problemas como la congestión automovilística o la crítica densidad poblacional generada por los edificios de altura. Se trata de un fenómeno mucho más estructural. Todavía nuestro límite urbano se encuentra a la altura del cementerio Parque del Sendero y la ciudad presiona por avanzar aún más hacia el sur. Es un buen momento, entonces, para pensar el desarrollo futuro de Iquique, de lo contrario seguiremos siendo testigos de un crecimiento inorgánico definido por proyectos inmobiliarios que surgen a partir de oportunidades de mercado.
En Chile la planificación urbana comenzó su retirada en los años 1970 y sus consecuencias las están sufriendo las actuales generaciones. Tenemos ciudades socialmente segregadas, contaminadas, congestionadas, poblaciones localizadas en antiguas cuencas de ríos o en fallas geológicas, áreas urbanas altamente densificadas, desaparición del patrimonio, etc.
La planificación urbana llegó a América con los primeros conquistadores españoles, quienes al fundar una ciudad levantaban planos en cuadrícula muy bien definidos, con una plaza mayor y los solares respectivos. En España todavía la Plaza Mayor sigue siendo un lugar de referencia urbana; en Chile cada día vemos el surgimiento de otros centros basados exclusivamente en el comercio, donde los Mall han alcanzado una importancia social y cultural inesperadas. En Iquique, la Plaza Prat ha sido empequeñecida por edificios fuera de toda norma patrimonial.
Los turistas se admiran de las grandes avenidas de París, ellas fueron resultado de un cambio planificado, donde la figura de George E. Haussmann fue clave.
En Iquique, ¿qué debemos conservar y qué debemos dejar atrás? ¿Dónde se ubicará el futuro puerto? ¿Cómo y cuándo recuperaremos las playas al norte de la ciudad, proyectando la avenida Arturo Prat?
Sabemos, además, que cualquier decisión respecto del desarrollo urbano de Iquique puede llevar a especulación inmobiliaria, porque el cambio del uso del suelo aumenta significativamente la plusvalía del terreno. Por ello, es relevante una planificación que cautele el interés público por sobre el privado en vista de un posible desarrollo urbano hacia el sur o norte de la ciudad, pensando siempre en el bienestar de las generaciones futuras de iquiqueños.
"Es un buen momento, entonces, para pensar el desarrollo".
Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia 2014"