El particular mural de un aficionacionado al mar
Luis Torres, ha dedicado su vida a la pesca. Hoy arrienda grúas, sin embargo no hay semana en que no salga a pescar en el "Titan", yate que consiguió hace 9 años, gracias a su esfuerzo y trabajo.
Pescador, buzo, ingeniero naval, coleccionista de esqueletos de pescados y dueño de una empresa de grúas, es parte de lo que hace y a lo se dedica Luis Torres, quién zarpa sagradamente desde el Club de Yates de Iquique hacia mar adentro en el "Titán" cada miércoles y sábado a las seis de la mañana, desde hace nueve años.
Proveniente de una familia modesta, el pescador, radicado en Iquique desde hace ya 47 años, actualmente cuenta con una establecida empresa de arriendo de grúas con dos sucursales. Sin embargo, comenzó vendiendo locos y lapas, productos que el mismo recolectaba y las vendía en la popular caleta Riquelme. Así, fue ahorrando dinero hasta que pudo comprar su propia embarcación. "Me fue bien y compré dos más (...) hasta que en el año 98´ la industria tuvo una crisis, vendí todo y comencé con lo de las grúas, que fue la mejor decisión."
Luego, con ese dinero invirtió en la compra de grúas que hoy arrienda a construcciones y a servicios de alta complejidad. Actualmente cuenta con 18 máquinas en Iquique y otra sucursal en Arica.
El ingeniero naval, se define como un apasionado del mar, ya que siempre ha estado ligado a este. Desde que tiene 13 años, comenzó a trabajar vendiendo los pescados que recolectaban sus tíos y luego, al terminar la venta, se dedicaba a limpiar el bote para que los hermanos de su mamá salieran a pescar al día siguiente.
"Del mar me gusta todo (...) me relaja montones, tu mente empieza a trabajar de otra manera, tus ojos miran de otra manera", sostuvo el ingeniero naval. Además, cuenta que actualmente, casi no hay día en que no pase a la caleta a compartir con los demás pescadores.
Hoy, cuenta con una colección de esqueletos de los pescados más particulares, que ha ido adquiriendo en su vida. Algunos los ha pescado él, otros se los han regalado, también, "yo regalo a gente que viene para acá y se van felices con su esqueleto de pescado. Los niños, en general, son los que más disfrutan viendo el mural, le sacan fotos. De universidades, también me han pedido hacer estudios".
Esqueletos
Su colección, se encuentra en Barros Arana 81, frente de la oficina donde trabaja. Desde ahí se puede divisar, en lo alto del cerco donde guardan los camiones, una colección de 20 esqueletos de pescado que el mismo se encarga de salar y disecar por tres meses hasta colgarlos en el mural.
Luis cuenta que comenzó a coleccionar, cuando la Caleta Riquelme cerró, hace varios años atrás. Entonces, los pescadores tiraron todo y él encontró una red con algunos esqueletos, los rescató y así comenzó a disecar los que el mismo pescaba, luego empezó a regalar y otras personas también se los cedían.
El esqueleto más grande que tiene en el muro, es de un pez marlín de 3,6 metros que pesaba 102 kilos. Además, cuenta con otros cuatro esqueletos con medidas parecidas a este último.
Dentro de la colección, también hay un pez luna, que tiene una forma ovalada y que es poco común de encontrar, el cual se lo regalaron y él se encargó de amarrar en el mural.
Luis zarpa junto a otros colegas a eso de las seis de la mañana en sus días de descanso, permaneciendo casi todo el día en el yate pescando. "Lo primero que pescamos se va directo a la olla, siempre se cocina el primero y si pescamos más se reparte entre los que estamos ahí", sostuvo el coleccionista.
"Del mar me gusta todo (...) me relaja montones, tu mente empieza a trabajar de otra manera."
Luis Torres, Ingeniero Naval y buzo."