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Reloj de la plaza Prat: identidad iquiqueña representada en una imponente torre

Construida en el periodo del Iquique peruano, la estructura de la plaza Arturo Prat se alza como un símbolo de la ciudad desde hace más de 140 años. ARQUITECTURA Y ESTILO La torre es una estructura de pino oregón en tres niveles escalonados que alcanzan los 25 metros de altura. Combina, además, elementos góticos e islámicos característicos del arte mudéjar.
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Rodolfo Capino Valencia

Considerado como uno de los hitos más relevantes de la ciudad, reconocido por quien visite la plaza Arturo Prat, la imponente torre del reloj se alza como una construcción destacable.

Concebida en la época peruana, la torre reemplazó al reloj que existió en la Iglesia Matriz de la ciudad, la que resultó destruida por un violento incendio en 1873. El templo fue sustituido por la actual catedral ubicada en calle Obispo Labbé.

Ya bajo la administración chilena, a partir de 1880 durante la Guerra del Pacífico, la ciudad comenzó a vivir una época de auge gracias a la explotación del salitre. En ese contexto, la torre del reloj configura el auge alcanzado por Iquique a fines del siglo XIX.

No obstante, un incendio en ese mismo año destruyó 30 manzanas del centro de Iquique. Debido a que quedó espacio, la plaza fue ampliada, por lo que la torre no quedó en el centro de la misma, sino más apegada a calle Tarapacá y a los rieles del antiguo tranvía.

Con el fin de ordenar esto último, en 1884 la torre fue trasladada con la ayuda de unos soldados de una compañía del Batallón Pisagua que estaba de paso por la ciudad, incluso usaron caballos para tirar la estructura y posicionarla en su punto actual.

"Es un símbolo de la ciudad que une lo que fue el Iquique peruano con el chileno. El reloj nos ofrece un pequeño símbolo totémico de los iquiqueños, más allá de nuestra procedencia. Ese reloj lo queremos porque es un símbolo de la identidad de la ciudad", plantea Sergio González, Premio Nacional de Historia 2014.

Por ello, subraya que hay que cuidar este patrimonio de modo que no se ensucie, incendie o se llene de termitas, con el objetivo de que sea apreciado por las futuras generaciones.

Estilo

De acuerdo a una reseña de Monumentos Nacionales, la torre corresponde a una estructura de pino oregón en tres niveles escalonados que alcanzan los 25 metros de altura, cada uno de los cuales presenta en sus cuatro caras, arcos ojivales y pórticos.

El estilo empleado combina elementos góticos e islámicos característicos del arte mudéjar, que se pueden observar en las decoraciones en estuco que llenan los espacios libres.

En la parte superior de la torre se ubican las cuatro esferas del reloj, máquina que fue traída desde Inglaterra en 1878.

"torre hermosa"

Por lo menos dos veces a la semana, el relojero Hermes Valverde debe subir a la parte más alta de la torre de la plaza Prat para ajustar la cuerda de la maquinaria para tener la hora perfecta. Esa labor la realiza hace más de 40 años.

Por ello, el iquiqueño manifiesta que "el reloj es un ícono, además que es una torre hermosa, cuya parte más alta fue construida por los chilenos".

Valverde también destaca que la Dirección de Obras Municipales siempre está pendiente de la infraestructura y su funcionamiento para que persista en el tiempo uno de los legados arquitectónicos más importantes de Iquique.

"Ese reloj lo queremos porque es un símbolo de la identidad de la ciudad".

Sergio González, Premio Nacional de Historia 2014"