Paradores: la estrategia de los municipios para impulsar turismo
Desde Arica hasta Punta Arenas, los nombres de las ciudades forjadas en grandes letras son un atractivo en sí mismo para los visitantes.
Si el cuadro de una fotografía enfocara solamente el agua y el horizonte en algunos de los 877 kilómetros cuadrados que tiene el Lago Llanquihue, en la región de Los Lagos, es muy probable que alguien que no es del sur no tenga la más mínima idea del lugar que se está graficando. Claro, se ve un lago. Pero podría ser el Todos los Santos, el Villarrica, el Puyehue. ¿Cómo saberlo?
Pero a la municipalidad de Llanquihue se le ocurrió poner letras. Enormes, de acero, pintadas de blanco y rojo, apernadas a pilotes afirmados en las rocas. Viéndolas de lejos, pareciera que estuvieran superpuestas con un programa digital para editar fotos. Como si estuvieran nadando. Y se ve grande, para que todo turista que se tome la clásica selfie deje en claro a la gente -que podría estar viendo esa foto en Visviri o en Petorca- en el lugar en que se está: Lago Llanquihue.
La idea de dar la bienvenida a la ciudad con grandes letras tipo bloque se ha esparcido por el país, inmortalizando el nombre del lugar como un atractivo turístico en sí mismo. En Llanquihue, por ejemplo, el alcalde Víctor Angulo dice que gracias a su letrero han tenido una cobertura importante. "Mucha gente nos ha reconocido".
En comunas grandes y pequeñas, todas parecen recordar el famoso letrero de "I Amsterdam", enormes letras que pusieron en la capital holandesa en 2004, frente al Rijksmuseum, donde no había visitante que no fuera a tomarse una foto. Tan icónicas fueron, que el parlamento regional impulsó una moción porque decían que las letras daban una "visión demasiado individualista de la ciudad", como lo consigna ABC. Y las sacaron.
Al revés de los Países Bajos, acá las municipalidades se están sumando. Antes los viajeros paraban el auto en el primer verdoso letrero de camino que dijera "Bienvenidos a (poner nombre del lugar aquí)" para tomarse una foto y después mostrarlas a la familia. Ahora, el nombre de la ciudad y un lugar estratégico es la clave.
En Iquique buscaron un espacio ideal para ubicarlas, hasta que en 2017 las pusieron en medio del Parque Temático de Cavancha, su balneario más visitado. La vista es inigualable, con la arena, el mar y los edificios que coronan la península. El alcalde Mauricio Soria dice que el letrero de "Iquique", hecho en una base de concreto donde cada letra está empotrada, es obligado para turistas que transitan por el parque. El efecto, asegura, permite que en torno al lugar se active la economía y genere más empleos.
Valdivia hizo algo similar, ubicando sus letras junto al Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, en la entrada norte. Además del nombre viene un paraguas hecho con planchas de acero galvanizado, de la campaña "Valdivia, Lluvia es Vida". Aparte, en el lugar hay estacionamiento de vehículos, bancas, iluminación nocturna y una terraza. "Ha potenciado la promoción de Valdivia como destino turístico, la difusión de sus atractivos naturales y también colabora a dinamizar la economía local", dice el alcalde Omar Sabat.
Historias y estilos
En Punta Arenas, el nombre de la ciudad se ubicó junto al helado Estrecho de Magallanes, a propósito de los quinientos años desde que el portugués Hernando de Magallanes descubriera este paso hacia el Océano Pacífico. El proyecto tenía que adaptarse a las condiciones climáticas y urbanas de la ciudad. "No era algo tan fácil", cuenta el alcalde Claudio Radonich. En contra le jugaban los posibles graffitis, el óxido, o los fuertes vientos de la ciudad más austral del país, que en esa zona pueden llegar a más de100 kilómetros por hora.
Finalmente, el letrero de acero inoxidable quedó junto al muelle Loreto, que conecta a la calle con la plaza Muñoz Gamero y el Cerro de la Cruz. Tras una presentación en la que fueron altas autoridades, las letras quedaron instaladas en diciembre. Radonich dice que superaron las expectativas. "Fue una idea de dar un sello al estrecho, que la foto del mar tuviera una marca, pero que también se contextualizara dentro de un momento histórico".
Tocopilla las inauguró hace un mes, pese a que venían anunciadas desde septiembre. En minutos, las fotos ya tenían cuatrocientos likes en redes sociales y la gente fue al rato a tomarse fotos a la entrada sur de la tierra de Alexis. "La iniciativa surge por querer dar una nueva cara a quienes visitaran la ciudad", dice su alcalde Luis Moyano. "Hoy Tocopilla está en miras de una reconversión, siendo una fuerte y sustentable posibilidad el área del turismo, y consideramos que estos cambios son los que marcarán la diferencia".
El estilo no solo se replicó para ciudades específicas, sino que también para realzar lugares. En Arica, la Corporación Municipal de Fomento Productivo Costa Chinchorro puso letras en sus principales balnearios. Gerald Díaz, el diseñador, creó unas figuras que están hechos con acero galvanizado y que se espera, duren por lo bajo cinco años.
Los colores están inspirados en el atardecer de la ciudad, explica el alcalde Gerardo Espíndola. "También darle este carácter lúdico, que no fuera solamente un color o letras más rígidas, sino que por el contrario, que tuvieran forma, que tuvieran sentido".
Algo parecido pasó en Lota, donde quisieron darle un estilo diferente y le agregaron una lámpara a sus letras que están en Playa Blanca, un ícono que recuerda a la historia minera de sus faenas de carbón. Coquimbo también puso imponentes y coloridos letreros en la capital comunal y en Tongoy, donde cientos de turistas, atraídos por el recuerdo del lugar que están visitando, hacen lo mismo que muchos otros en distintas comunas del país. Sacan su celular, y click.