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"Que me digan qué cerro no tiene una huella de vehículo"

El arqueólogo y paleontólogo asumió hace pocas semanas la dirección del Museo Regional de Iquique. Comentó la contingencia patrimonial de Tarapacá y criticó la pasividad de los gobiernos de turno con el resguardo arqueológico.
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Naguib Danilla Segovia - La Estrella de Iquique

Luis Pérez, arqueólogo de la Universidad Bolivariana y paleontólogo de la Universidad Austral, es uno de los arqueólogos locales que denunció en enero de este año el daño irreversible que hicieron tres ciudadanos belgas al Gigante de Tarapacá, cuando estos entraron con una camioneta al Cerro Unita y dejaron huellas de vehículo en todo el geoglifo. En la oportunidad, él y su colega Cecilia Sandoval, advirtieron que el símbolo regional presentaba un 80% de daño.

Su preocupación por estos daños y otros a distintos monumentos arqueológicos de la región, ha sido constante. Hace pocas semanas lo oficializaron como el nuevo director del Museo Regional de Iquique, donde quiere darle una nueva impronta a este recinto de conservación y exhibición de piezas arqueológicas e históricas de Tarapacá.

-¿Cómo se gesta tu llegada al Museo Regional de Iquique?

-Yo asumí la dirección el primero de marzo, después de la crisis que se generó por las lluvias que tuvimos acá. Las lluvias dejaron en evidencia que nuestra ciudad no está preparada para el cambio climático, y dentro de las grandes afectaciones no solo estuvo la población civil, sino también las instituciones. En nuestra ciudad la mayoría de las instituciones está en edificios patrimoniales, y uno de esos edificios patrimoniales importantes es el Museo Regional de Iquique.

-¿En qué estado lo encontraste?

-El Museo Regional fue construido como edificio público en 1892, después de la Guerra Civil. Siempre estuvo en uso. Sin embargo, a pesar de estar en uso, tiene áreas que están abandonadas: como el recambio del techo, los patios interiores y además luego que Cormudesi se muda de este edificio, dejan muchas salas sin uso (...) y en mal estado. El no uso genera deterioro (...) después de toda esta crisis que se genera con las lluvias uno asume la responsabilidad de evaluar la situación administrativa del museo y definitivamente ingresar a la línea del alto estándar, que ya lo venían gestionando con el desarrollo del proyecto de nuevo Museo Antropológico Regional.

-¿Qué medidas a corto y mediano plazo van a realizar en el museo?

-Hay que entender que el museo es un proyecto de personas en la década del 60, que mantienen la añoranza del pasado reciente, que es el periodo del salitre. Ahí tiene mucha influencia en lo que va a presentar el museo. Una de las colecciones más amplias que tiene el museo hoy en día son las del salitre (...) lo que generan es una línea museográfica que se va a basar en la ecología con esqueletos de guanaco y lobos marinos, luego viene el periodo Chinchorro con la colección de Anker Nielsen, luego tiene toda una línea de arqueología prehispánica. Finalmente pasamos a una colección inca, del rescate que hizo don Jorge Checura y también la sala salitrera. No están presentadas las colecciones paleontológicas, no está representado el formativo, que es el paso de poblaciones nómades a sedentarias, no está el desarrollo pesquero de nuestra identidad cultural con desarrollos tecnológicos tan importante como las balsas de cuero de lobo. No tenemos ninguna muestra de estas balsas y por último no hay sala que presente el periodo contacto entre el inca y la época colonial. El museo carece y tiene grandes vacíos en su línea cronológica. La imagen que estamos entregando al visitante, es como que nuestra región hubiese estado ausente dentro de estos grandes procesos. Los cambios que se vienen es habilitar nuevas museografías. Una de las museografías que falta, y es imperdible para la mayoría de los turistas, es la de la Guerra del Pacífico. También está acompañada de la Guerra Civil, que bombardean a Iquique y después vienen las revueltas civiles por la brutalidad del mercado obrero. Eso no está en ninguna sala museográfica. Es uno de los grandes cambios. Sabemos que hay un público objetivo que viene a Iquique en busca de este patrimonio, de ver exhibiciones. Sabemos que el Museo Corbeta Esmeralda es uno de los más visitados, sin embargo, nuestro museo no tiene una museografía análoga a ese periodo. Tenemos también la carencia del Museo Naval, que después del incendio de la Ex Aduana quedó al debe. Debemos potenciar estas líneas.

-¿Cuál es el comentario más común de los visitantes?

-El comentario más común de la gente es que dejaron de ir al museo porque no hay nada nuevo. El museo entró en una inacción y se fue quedando a pesar de que sus colecciones son arqueológicas, el museo se fue quedando en el pasado.

Gigante

Uno de los casos más bullados a nivel arqueológico en Chile fue el de los tres ciudadanos belgas que dañaron al Gigante de Tarapacá tras pasar con un vehículo por este geoglifo. En marzo, el Juzgado de Pozo Almonte condenó a tres años de presidio menor en su grado medio y a una multa de 125 UTM, unos seis millones de pesos. Caso que para Pérez sienta un precedente, aunque según su apreciación aún queda mucho por hacer en esta materia a nivel regional y país.

-¿Esta condena puede generar más conciencia de aquí en adelante a la población?

-Una de las mayores reflexiones que nos tiene que llevar esta situación del gigante de Tarapacá es que cuando se muere el patrimonio, se muere parte de nosotros. Es nuestra historia, es nuestra identidad. Es como cuando vas a un barrio donde creciste, y ya no está la casa donde creciste. El ancla de la memoria está en todos estos sitios patrimoniales. Ahora cuando se daña el Cerro Unita, la gravedad no solo es al daño estético sino que también está el daño en lo físico que es irreversible. Tú vas al Cerro Unita y eso no se puede llegar y borrar, porque abajo tiene otro sustrato de color, que es lo que genera los geoglifos. Una vez que el patrimonio se pierde no hay vuelta atrás.

-¿Cómo se pueden salvaguardar estos patrimonios arqueológicos de la región?

-La ley nos faculta para realizar salvatajes, evaluaciones, estudios y tiene que asumir (el Museo) su responsabilidad como institución que salvaguarda el patrimonio regional. Ahora ampliamos la planta, y la arqueóloga Karina Olmos trabajará en el depósito de colecciones, va haber una conservadora que es Cecilia Sandoval. Con eso esperamos conformar un equipo que pueda acudir a denuncias en terreno. Tenemos que articularnos con el Consejo de Monumentos Nacionales, tenemos que articularnos con Bienes Nacionales y con el Consejo de la Cultura...

-¿El Estado ha estado débil en temas patrimoniales?

-La crítica no es solamente al Estado, sino a la Ley de Monumentos Nacionales. No trabajamos bajo el principio de precaución, estamos trabajando bajo el principio de reacción. Somos reactivos. la sola figura de salvataje, muchas veces se mal utiliza en proyectos de desarrollo. Donde pasa una máquina y hacen una salvataje. Hay que adelantarse a todo esto, tener líneas de base arqueológicas, tener planes de manejo, planes de trabajo de arqueología y tener el patrimonio sumamente resguardado y controlado antes de intervenir. En el caso de Cerro Unita las responsabilidades son mucho mayores, porque la ley establece en el artículo 29, que hay sanciones a los funcionarios públicos que propicien el daño patrimonial. Sin embargo, la ley se queda coja al momento de otorgar facultades a los servicios públicos para propiciar la protección patrimonial como una necesidad de primera línea. La protección del Cerro Unita quedo bajo el mismo criterio que el asfaltado de un camino.

-¿Han sido débiles las medidas para proteger el geoglifo? Se puso un cartel y un guardia...

-Eso al final no genera ningún resguardo concreto (...) en un principio con el Consejo de Monumentos Nacionales se había hablado de un museo de sitio, de un área de control de ingreso. En un momento, propusimos que hubiera barreras viales desde Huara hasta Alto Pachica. No solamente es Cerro Unita, tenemos alrededor de 15 mil hectáreas con geoglifos desde Huara hasta Alto Pachica. El complejo arqueológico de Cerro Unita tiene más de 4.500 hectáreas de sitios arqueológicos, todos relacionados. (...) toda la franja del área territorial indígena está por lo menos en un 80% sin tocar en su patrimonio. Lamentablemente de las áreas de desarrollo indígena hacia abajo nuestra región en un 90% debe tener destrucción patrimonial. Esto se escapó de las manos hace mucho tiempo Tú no llegas a algún lugar donde tú no veas una huella de vehículo sobre un cerro. Que me digan qué cerro no tiene una huella de vehículo.

-¿Es de todos los días esta destrucción?

-Está pasando. El reloj inca de Coscaya lo volvieron a dañar. Vialidad con sus obras de mejoramiento de camino, la semana antepasada, volvió pasar una pala mecánica sobre el reloj inca de Coscaya (...) el problema es que no somos preventivos, no hay una base educativa y además nuestra reacción es tardía.

"El comentario más común de la gente es que dejaron de ir al museo porque no hay nada nuevo"