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Los cambios que se vivieron en históricos liceos al pasar a mixtos

Docentes de ex liceos de Niñas y Hombres recuerdan cómo impactó a los estudiantes de la época recibir a compañeros del sexo opuesto. Director del liceo María Auxiliadora dice que no se cierran a la posibilidad de recibir niños.
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Evelin Agullar Paniagua

El someter a votación la idea de que el Instituto Nacional, en Santiago, permita el ingreso de mujeres, puso en debate la existencia de colegios monogenéricos en el país, más aún cuando esta posibilidad no prosperó.

Si bien esta discusión no se vive en la región de Tarapacá, a fines del siglo XX, históricos liceos de Iquique que actualmente llevan por nombres "Elena Duvauchelle" y "Bernardo O'Higgins" sí experimentaron cambios al tener que convertirse en mixtos.

Desde su creación en 1900 y por más de 80 años, los pasillos del actual Liceo Elena Duvauchelle, ex Liceo de Niñas de Iquique, eran recorridos solo por alumnas; sin embargo, luego sus aulas comenzaron a recibir a varones.

Raúl Cordero, profesor de Estado, vivió ambos momentos. En 1974 se integró a dicho establecimiento y recuerda que las niñas de aquella época "tenían bien puesta la camiseta por su colegio", logrando destacar en la ciudad en actividades como carnavales, fiestas de primavera, y competencias deportivas. "Tenían una identidad muy marcada y un deseo por destacar", recalca.

Por lo mismo, cuando se determina la incorporación de varones dice que hubo disconformidad entre las alumnas y apoderados. "A las mamás no les gustó y eso conllevó a que empezaran a retirar a las niñas para llevarlas a colegios que fueran exclusivamente de mujeres (...) El liceo no estaba adaptado para recibir a alumnos de sexo diferente, no había baños preparados para recibir a los niños", evoca.

El docente de Artes Visuales señala que los primeros cursos mixtos que tuvo este plantel se crearon en 1983 como anexos en el actual liceo Luis Cruz Martínez, por lo que cuando estos fueron trasladados al edificio del ex Liceo de Niñas, los varones se negaron a emplear la insignia que poseía las iniciales "LN" por el nombre del establecimiento. Esta después fue cambiada.

Cordero fue profesor jefe del primer curso mixto que recibió el liceo y afirma que el principal impacto que produjo esta transformación fue en la conducta de las niñas. "Hubo peleas por el varón que llegó al liceo y cierta despreocupación en cuanto a mejorar el rendimiento porque había una distracción", precisa y recalca que esto ocurrió principalmente en los inicios.

Mayor competitividad

Similar situación se vivió en el ex Liceo de Hombres de Iquique el cual se fundó en 1886, para casi 100 años después abrir sus puertas a niñas.

Así lo manifiesta Williams Sembler, profesor del hoy Liceo Bernardo O'Higgins, quien narra que en 1983 comenzó el ingreso de algunas alumnas y que al siguiente año ya se constituyó como mixto. Esto, despertó -según indica- cierta rivalidad entre los varones debido a su interés por alguna de las niñas con quienes comenzaron a compartir a diario al interior del recinto educativo.

Pero ello no fue todo. El docente cuenta que la inserción de niñas también implicó un cambio en el comportamiento de los varones quienes ya no podían ser tan rudos al tratar a sus compañeros y debían cuidar su lenguaje para no ofender a las alumnas. "Esto ayudó a los varones a ver a la mujer de una manera distinta al interactuar con ellas", sostiene.

A ello se suma que se debió dar un nuevo enfoque a los deportes que se solían priorizar. "Los deportes eran todos para hombres, se practicaba muy poco vóleibol por parte de los varones (...) era un mundo más machista, no había esa integración (que hoy existe)", precisa.

Sin embargo, Sembler, quien además fue alumno del ex Liceo de Hombres, destaca que la incorporación de las alumnas permitió que las actividades de expresión artística se diversificaran, y que se generara mayor competitividad académica ya que por años el establecimiento era conocido como el "liceo de los famosos" por cuanto de allí egresaban alumnos que destacaron profesionalmente, título que los varones no querían perder.

Centrarse en la calidad

El Premio Nacional de Historia Sergio González explica que los cambios que vivieron estos y otros establecimientos educativos ocurrieron durante el régimen militar, con el traspaso de la administración de la educación pública a las municipalidades. "Mucha gente se opuso, no sé si lo hicieron por el hecho de que sean mixtos, sino porque estos liceos perdieron calidad y eso no tiene que ver con el tema de género, tiene que ver con que la municipalización fue un proceso que tuvo un impacto sobre la calidad de los liceos tradicionales", expresa.

Es por ello que González consideró "absurdo" e "irrelevante" el debate que se inició en torno al cambio de liceos monogenéricos a mixtos al sostener que las discusiones y preocupaciones se deben centrar en el acceso a educación de calidad. "Los colegios particulares son todos mixtos y les va estupendo a los estudiantes. El tema es que la educación pública en Chile tiene serios problemas de calidad y los recursos tienen que focalizarse hacia eso (...) yo no estoy culpando a los municipios, este es un problema estatal y, en mi opinión, los establecimientos públicos deben volver al Estado", plantea.

"Discusión pertinente"

Por su parte, la directora de la Dirección de Equidad de Género y Diversidad de la Universidad Arturo Prat, Antonia Santos, considera pertinente la discusión en torno a que los establecimientos públicos del país que aún son monogenéricos pasen a constituirse como mixtos, sobre todo cuando en Chile existe un debate instalado sobre la educación no sexista. "No se puede sostener que un liceo o colegio es para hombres porque es emblemático y de alto rendimiento, eso no puede excluir a las mujeres", critica al apuntar a los establecimientos públicos.

La especialista en temas de género argumenta que la coeducación mejora la socialización de los niños. Eso sí, aclara que aunque la gran parte de los establecimientos educativos del país son mixtos, "se sigue impartiendo una educación sexista".

En ese sentido asegura que existe una serie de desafíos para garantizar que las mujeres y los hombres tengan las mismas oportunidades de desarrollarse desde edad temprana. Estos, detalla, guardan relación con los textos escolares, la atención que se brinda a los niños, y la potenciación de las capacidades de estos.

Sobre el tema, el seremi de Educación, Natan Olivos, expresó que el gobierno y el ministerio quiere incentivar que la educación pública tienda a ser mixta. "Es hacia allá donde queremos avanzar, pero respetando la libertad y autonomía de cada comunidad y de sus proyectos educativos institucionales".

Un solo sexo

De acuerdo a información entregada por la Seremi de Educación, en la región hay 216 planteles con 79.371 estudiantes, de acuerdo a la base de datos al 2018. De estos, cinco poseen matrícula conformada exclusivamente por hombres y otros cinco tienen inscritos solo a mujeres.

Al respecto, la institución detalla que en el caso de siete establecimientos que son municipales como son las escuelas de Chiapa, Mauque, Enquelga, Huaviña, Sotoca, Soga y Macaya, esto se debe porque se inscribieron niños de un mismo sexo; en cambio, planteles particulares subvencionados como el liceo María Auxiliadora, el liceo de adultos Coresol (funciona al interior de la cárcel de hombres), y el colegio Don Bosco solo atienden a personas de un sexo.

Alfredo Mollo, exalumno y actual inspector del colegio Don Bosco, recuerda que si bien en un momento el establecimiento intentó constituirse como mixto, esto no prosperó por lo que continúa formando solo a varones, pero "no en un ambiente machista".

En el liceo María Auxiliadora su director, Wladimir Luengo, asegura que no han tenido la inquietud de convertirse en plantel mixto, pero que su comunidad educativa "está atenta a las necesidades que vayan surgiendo".

El profesional, quien es el primer varón que asume el cargo de director del liceo, resalta que hoy en día los apoderados y alumnas "valoran que el colegio sea solo de niñas porque les da la posibilidad de desarrollarse como mujeres, porque tradicionalmente lo ha sido". Desde su punto de vista, la formación exclusiva a mujeres no tiene un impacto negativo en el desarrollo de las niñas ya que "las empodera, las crea como líderes desde primero básico".

No obstante, Luengo asegura que el liceo no se cierra a estudiar la posibilidad de permitir el ingreso de varones cuando surja esta necesidad, aunque reconoce que actualmente tienen una demanda muy alta de matrícula femenina. "Algunos colegios han pasado a ser mixtos por bajas matrícula, en el caso nuestro no".