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López dice que no descarta una intervención militar en Venezuela

El dirigente opositor dijo que el temor de las Fuerzas Armadas empezó a derrumbarse y que el quiebre en el régimen de Maduro, la presión internacional y la movilización popular harán caer al Gobierno chavista.
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Agencias

La intervención militar en Venezuela es una opción que sigue presente entre la oposición al Gobierno de Nicolás Maduro, porque es una alternativa legal que contempla la Constitución, explicó en una entrevista exclusiva con agencia Efe el líder del partido Voluntad Popular, Leopoldo López.

"Nosotros no descartamos ningún escenario que esté dentro de la Constitución y la Constitución prevé que esa es una posibilidad. Espero que no tengamos que llegar a ese punto, pero no lo descartamos, porque es constitucional, porque la libertad es la condición para todo lo demás", expuso López.

Para el líder opositor, quien permaneció bajo arresto domiciliario hasta que fue liberado por un grupo de militares y funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia el martes, no se van a solucionar los problemas del país hasta que se "conquiste la libertad".

"Y seremos los venezolanos que lograremos el cese a la usurpación. Hay que agradecer y reconocer al apoyo que hemos recibido de la comunidad internacional. El Presidente Juan Guaidó ha sido reconocido por 58 países. No ha habido una coalición internacional a favor de una causa de liberación con tanto apoyo internacional desde la Segunda Guerra Mundial", manifestó.

López aseguró que "no hay nada que impida utilizar las herramientas legales constitucionales para intentar lograr la libertad, porque la libertad en Venezuela se mide con muertes", pues "cada día que pasa es un día en el que mueren niños por desnutrición, personas en hospitales, por la inseguridad".

Acerca del apoyo con el que cuenta la oposición entre los militares, subrayó que gran parte de los uniformados de la Fuerza Armada están al lado de la causa opositora.

El opositor, quien aseguró además que "se dieron varias conversaciones" con miembros destacados del chavismo, cuyos nombres no facilitó, manifestó que Maduro está rodeado por personas en su "entorno más íntimo" que quieren que "salga del poder". En su opinión, "el quiebre" del Gobierno de Maduro "va a continuar", así como la presión internacional.

Y esos dos elementos, junto a la presión popular, "van a continuar en simultáneo apuntalando cuando llegue el momento en el que se pueda ya cesar la usurpación".

López fue detenido en 2014 y sentenciado a casi 14 años de cárcel, acusado de liderar los actos violentos en las marchas antigubernamentales que se llevaron a cabo ese año.

España y chile

El Gobierno español dejó claro que no va a entregar a las autoridades de Venezuela a López, acogido como "huésped" en la residencia de su embajador en Caracas, pero sí regulará y limitará su actividad política.

Tras el encuentro que López mantuvo el jueves con la prensa a las puertas de la legación diplomática española, el ministro de Exteriores español, Josep Borrell, explicó que no permitirá que la Embajada se convierta "en un centro de activismo político".

Desde Beirut, donde está en visita oficial, Borrell ratificó a la vez que el Ejecutivo español "no entregará" al opositor a las autoridades venezolanas, pese a que el Tribunal Supremo del país dictó el jueves una orden de detención.

El Gobierno español confía en que Venezuela respetará la inmunidad de la Embajada española y no habrá "ninguna intervención sobre la misma".

En representación del Gobierno de Nicolás Maduro, su embajador en España, Mario Isea, declaró a Efe en Madrid que su país "no invade embajadas", sino que respeta el Derecho Internacional, la Convención de Viena y la Carta de las Naciones Unidas. Explicó que Venezuela reclama "en el marco de la ley" a López.

Ayer, en tanto, el Grupo de Lima mandató a Chile, Perú y Canadá para ser los encargados de dialogar con el Grupo de Contacto, con el fin de lograr "convergencias" entre ambos organismos y así buscar una salida pacífica a la crisis.

Medios Regionales

Trump contradice a su Gobierno y asegura que Putin no quiere actuar en Venezuela

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El Presidente estadounidense, Donald Trump, contradijo ayer la postura oficial de su Gobierno al asegurar que su homólogo ruso, Vladímir Putin, no quiere intervenir en Venezuela, mientras el Pentágono debatía opciones militares ante la crisis política en el país sudamericano.

Después de hablar por teléfono por más de una hora con Putin, Trump ofreció una lectura sorprendente de una conversación sobre Venezuela que prometía estar cargada de tensión, dado que Washington y Moscú se acusan mutuamente de prolongar la crisis política en el país mediante acciones intervencionistas.

"Creo que es una conversación muy positiva la que he tenido con el Presidente Putin sobre Venezuela", aseguró Trump a los periodistas.

"Él (Putin) no está pensando en absoluto en implicarse en Venezuela, más allá de que quiere ver que ocurra algo positivo en Venezuela, y yo siento lo mismo", subrayó.

Las declaraciones de Trump marcan un fuerte contraste con la postura expresada hasta ahora por la Casa Blanca y el Departamento de Estado, que han responsabilizado a Rusia y Cuba de la permanencia en el poder del Presidente venezolano, Nicolás Maduro, al que ni EE.UU. ni otros 50 países reconocen como legítimo.

Apenas tres horas antes de que Trump hablara a la prensa, su asesor de seguridad nacional, John Bolton, escribía en Twitter que "Maduro sólo se está aferrando al poder debido al apoyo de Rusia y Cuba, las únicas fuerzas militares extranjeras en Venezuela".

"Estados Unidos no tolerará ninguna interferencia militar extranjera en el continente americano", advirtió Bolton.

En la charla con Trump, Putin se mantuvo firme en su postura oficial, al pedir que se deje a los venezolanos definir su futuro y advertir que "la injerencia externa" y "los intentos de cambio de poder por la fuerza socavan las posibilidades de una solución política a la crisis", comunicó el Kremlin.

En tanto, AP informó que los senadores republicanos Marco Rubio y Rick Scott están incrementando la presión sobre el Gobierno de Trump para que actúe en torno a la crisis en Venezuela.