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Emprendimiento familiar creó innovador café de algarroba

Hacen variados productos del fruto que es propio de la Pampa. Piensan en ampliar el mercado.
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Naguib Danilla Segovia

En el año 2000 Elba Carrasco jugaba con su nieto Francisco en su terreno ubicado en La Huayca, fue en ese momento que el menor de dos años le dice lo bien que sabía el fruto del algarrobo. Planta que tenían en su hectárea y media que les pertenece en este poblado.

Ella le insistía que esta vaina del algarrobo solo la comían los animales. La insistencia del pequeño fue tal, que a regañadientes Elba Carrasco procedió a probar este fruto. Ahí su vida cambió en 180 grados. Se dio cuenta del potencial de este sabor, que desde ahí formaría parte de su vida y de sus cercanos. Actualmente, tiene un emprendimiento donde genera junto a sus hijas -y cercanos- productos derivados de la algarroba, que da el mencionado árbol que crece en la pampa del Tamarugal.

Durante los primeros tres años, Elba Carrasco empezó a innovar. Así lo cuenta su hija Elizabeth González Carrasco, quien dice que en ese tiempo se metió de lleno en la investigación de este vegetal típico de la provincia de El Tamarugal.

"Fueron años para lograr el punto exacto. Nosotros tenemos en este momento tres preparaciones estrellas: la mermelada, el arrope y la harina. Son productos dulces, 100% natural y no contienen azúcar. Es la azúcar natural del mismo fruto del algarrobo. Se puede hacer variantes", cuenta González.

Sobre las variantes que se pueden hacer con estas preparaciones, cuenta que estas pueden ir de la mermelada de algarrobo con nuez, higo y con manzanas. "También hacemos arrope, que es como una pulpa del algarrobo que se ocupa para endulzar jugos, postres como el arroz con leche", dice.

Café

Uno de las innovaciones que maneja la familia Carrasco González es el café de algarrobo. Sustancia que se hace tostando la vaina de la algarroba, la cual cuenta con un proceso en donde deben aplicar todo el ingenio, que los ha llevado a hacer una cocina con todos los artículos necesarios para generar los productos desde el conocido árbol tarapaqueño.

"El café se hace tostando la vaina. Se recolecta la algarroba, se tuesta, queda 'negrito' y después se muele. Ese es el proceso. Tiene un sabor a café, de todas maneras. No se necesita echar azúcar, ya que la preparación ya contiene el azúcar ", explica.

Detalla que en este proceso todos ayudan, desde su mamá hasta su hijo. Aclara que todos los productos tienen distintos niveles de complejidad, aunque el que le saca "canas verdes" -según dice- es la mermelada, la que debe pasar por un extenuante proceso de preparación.

"La mermelada es más compleja. Mi esposo a pulso muele la algarroba. La mermelada es la que tiene el mayor proceso de todos los productos", remarca.

"Se colecta, se lava, se coce. Es una cocción de varias horas, y después se saca el juguito y queda el arrope. La mermelada es algo parecido, pero se saca la carnosidad de la algarroba", menciona.

La recolección de algarrobas no ha estado exenta de problemas, ya que afirmó que producto de la falta de abejas en la zona, hay menos polinización que mermó las cosechas del fruto. "Ya son cinco años que la algarroba es escasa acá. De un árbol sacábamos cinco sacos de nuestros 70 árboles. Ahora no hay", indica. Agregó que en los últimos años deben conseguirse el algarrobo en Conaf.

Comercio

Los productos sostiene Elizabeth, se comercializan en ferias organizadas por Indap, Fosis, en el Mall Plaza y cuando la invitan a otras instancias para emprendedores instaladas provisoriamente en plaza Prat. De todas formas, las intenciones de esta familia es poder vender sus mermeladas, arrope, harina y café fuera de la región y -por qué no- internacionalizarse.

"Queremos hacerlo a mayor volumen. De hecho, mi mamá tiene pedidos de grandes cadenas de supermercados. Por el tema de resolución sanitaria todavía no podemos salir con todo al mercado", dice.

Domo

Pero ellos no tienen pequeñas ambiciones, ya que proyectan hacer otro emprendimiento, que se complementará con sus productos derivados de la algarroba. Están construyendo dos domos, los que planean que sean para eventos de retiro, de relajo. Una opción para que los trabajadores tarapaqueños -y turistas- puedan relajarse y consumir de pasada todas las delicias que preparan con la algarroba.

"Son para eventos, salidas a terreno, para distraerse. Al lado va a haber un domo más chico, donde van a haber dos camillas para masajes. Vamos a brindar comidas sanas, desayuno y almuerzo con innovaciones agridulces con arrope, que quedan espectaculares", finaliza.

"Fueron años para lograr el punto exacto. (Ahora) queremos hacerlo a mayor volumen"

Elizabeth González,, hija de Elba Carrasco, quien creó el emprendimiento familiar."