El Ministerio de Desarrollo Social y Familia dio a conocer los resultados del Conteo de niños, niñas y adolescentes (NNA) en situación de calle, donde se localizaron y encuestaron 547 NNA que habían pernoctado al menos una vez en el último año en calle, sin un adulto responsable.
La Seremi de Desarrollo Social informó que el nuevo catastro de menores que han pernoctado alguna vez solos en la calle durante el 2018 dio como resultado que 15 niños, niñas y adolescentes, entre los 10 y 14 años, experimentan en esta condición en Tarapacá.
"Principalmente en las comunas de Iquique y Alto Hospicio y son mayoritariamente de nacionalidad chilena. Estos niños están principalmente pernoctando en plazas y playas", indicó la seremi de Desarrollo Social, Katherine Aliaga.
Detalló que el promedio de edad de los niños, niñas y adolescentes que están en situación de calle es de 14,8 años.
"Los tramos de concentración de edad están entre los 10 y 14 años", indicó la seremi. Sin embargo, no se precisó la ubicación por comuna.
"Tenemos pocos niños en situación de calle. Dado el resguardo por la identidad e integridad no se ha desagregado esta información porque lo primero que tenemos que hacer es cuidar su identidad", indicó Aliaga.
Añadió que se realizará un trabajo colaborativo con Sename y la Seremi de Justicia. "Nos interesa no solo abordar al niño, sino también a su familia porque entendemos que la revinculación es muy importante", manifestó.
Entorno riesgoso
"Nos encontramos con entornos de alto riesgo social en los barrios y en los territorios donde los niños se desarrollan. En este sentido la calle no sólo ha sido impulsora del inicio temprano de la vida laboral de los niños, sino que también los expone a condiciones precarias, al consumo de alcohol y drogas, a la explotación sexual comercial y a la violencia a gran escala", indicó Loreto Castillo, trabajadora Social de la Universidad Arturo Prat.
Agregó que este es un tema importante a considerar en Tarapacá porque es una región transfronteriza que tiene alto componente de riesgo por el consumo abusivo y el tráfico de drogas.
"Es un problema transversal que dificulta gravemente las posibilidades de desarrollar competencias parentales y de potenciar habilidades para construir y dirigir un proyecto de vida en el caso de niños, niñas y adolescentes que han experimentado la vida en calle", precisó Castillo.
Por su parte, Paulina Martínez, académica de la carrera Trabajo Social de la Universidad Tarapacá, planteó que la solución no consiste en institucionalizar al niño, niña o adolescente.
"Está demostrado la existencia de una doble victimización y una sobreexposición a nuevos contextos negativos en los espacios de encierro institucional, algo que tiene hoy día preocupada a las autoridades nacionales por el cuestionado funcionamiento del Sename", indicó.
En este sentido, Martínez manifestó que las líneas de trabajo debieran orientarse a la labor colaborativa e integrada sujeta a la prevención y rehabilitación efectiva.
Espacios sanos
"También es importante contar con espacios sanos de crecimiento que considere las situaciones familiares y socioculturales de las y los afectados, evitando la sobreexposición y victimización, cuya intervención sea integral y complementaria a un proceso educativo eficiente que permita estimular, motivar y guiar a esta población a la auto superación", explicó la académica.
En su experiencia, está comprobado que mientras más estímulos, motivación y reforzamiento positivo en los jóvenes exista, más resilientes serán de adultos sin importar el contexto social de donde provengan.
¿por qué están en la calle?
En cuanto a cuáles son los principales motivos por los que han pasado la noche o dormido en la calle, los 547 encuestados a nivel nacional respondieron "por problemas en el colegio, problemas económicos, problemas con la justicia, por diversión y estar con amigos en carrete, problemas con drogas o por abandono del sistema residencial".