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"Cuando el conservatorio esté instalado en nuestra ciudad podré decir misión cumplida"

El director de la Emac, Carlos Morales, es quien dirige el Coro de la Unap desde su formación, hace 40 años.
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Francisca Cabello Iriarte

Carlos Morales Escobar es director de la Escuela de Artes y Comunicaciones de la Universidad Arturo Prat y ha dirigido el coro de la misma casa de estudios desde su fundación, es decir, hace 40 años que ha estado instalado en esta posición para que grandes y pequeños se logren encantar con la belleza de la música y en esta etapa celebra la trayectoria que ha tenido la agrupación.

-¿Cómo fue el puntapié inicial del Coro de la Unap?

-El año 79, siendo vicerrector de la Universidad de Chile sede Iquique don Faud Asserella Cervantes hace un concurso para llenar la necesidad de darle un coro a la casa de estudios. En ese concurso público postulamos profesores de música de la región y lo gané. Desde entonces, un 29 de septiembre en que se hace el primer ensayo del coro, estoy a cargo de esta institución que en un comienzo era principalmente de puros alumnos, luego se fue diversificando con alumnos, profesionales, exalumnos, dueñas de casa, o sea toda la comunidad que quiere cantar y tiene un canario en el alma llega por acá y nosotros les decimos adelante. No siempre llegan las voces más idóneas pero sí las voluntades y eso hace que la gente crezca vocalmente y va aprendiendo con la técnica que uno les va enseñando, acompañado del repertorio que tienen que hacer. Desde aquel entonces hasta hoy en día, nos ha tocado ver crecer a la ciudad, desde lo que fue la Zona Franca, la minería… Hemos estado en los hitos más relevantes de la ciudad.

-¿Cómo analiza la trayectoria que ha tenido esta agrupación durante estos años?

-Al comienzo cuando partimos nosotros, el primer concierto que hizo el coro de la Universidad de Chile sede Iquique fue en el Teatro Municipal, fue grande y elocuente. Nosotros éramos 28 en el escenario, entre el público estaba mi señora, la mamá de alguna de las niñas que estaban cantando y dos personas más. O sea, nuestro público fueron cuatro personas y de ahí en más fuimos creciendo, hubo que hacerse un nombre, ganarse el respeto de la comunidad y claro, hasta llegar al minuto en que habiendo pasado las tres instituciones que hemos servido, haciendo sido testigos y habiendo sido actores principales de muchos de los hitos de nuestra ciudad, nos fue permitiendo abordar un repertorio cada vez más exigente.

-¿Existe actualmente un espacio propicio para recibir eventos de tal envergadura como una ópera?

-Hice Carmina Burana (Cantata compuesta por Carl Orff) en su totalidad, la obra completa. La hicimos en la Plaza Prat mirando la calle Luis Uribe, allí se armó un escenario que no cumplió con las características que se habían comprometido, donde hicimos magia para que entrara la orquesta, yo dirigí toda la obra con la mitad del pie en el escenario y la otra mitad colgando, el taco me colgaba. Ahora, si fuimos capaces de hacer eso somos capaces de más, pero Iquique debe propender a algo mayor y lo mayor no es la anécdota que te estoy contando, lo mayor es que nos preocupemos de darle a nuestra ciudad un conservatorio de música que permita a nuestra gente, a nuestros niños ocupar su mente en algo lindo, hermoso que le va a cambiar el paradigma de sus vidas. Ellos si tuvieran la posibilidad de estudiar música en serio no estarían tocando en la calle a las diez de la noche en lugares eriazos ¿Para qué? Para irse a ganar unos pesos en la fiesta de La Tirana. Y eso las autoridades locales no lo quieren entender, no quieren entender la importancia y trascendencia que tiene hacer de nuestra ciudad un espacio mínimo, pero sí gastan aproximadamente 26 mil millones en un estadio que van a ir 20 mil personas una vez cuando venga la selección nacional.

-¿Qué se necesita para que tal proyecto se logre concretar?

-Iquique necesita en sus autoridades gente que sea capaz de entender que la formación integral no pasa por el pan y circo. De qué sirve tener ese tremendo estadio si las canchas de la ciudad cada vez desaparecen y no tienen profesores que estén formando a los niños en el deporte. De qué sirve un Teatro Municipal si no tiene una cartelera que sea capaz de atender las necesidades de esta ciudad, pero ¿de quiénes? De la elite porque cuántos podremos ir a ese lugar a ver un espectáculo, 700 personas en el máximo. Estamos de manera muy equivocada enfrentando los desafíos para el desarrollo integral de nuestra juventud, o sea si yo a una persona le enseño el concepto de belleza esa persona nunca más querrá tener para el algo menos que belleza.

-¿Cómo viven estos 40 años?

-Supuestamente voy a ponerme jubiloso ahora en agosto, porque cumplo mis 65 años de edad. No sé si seguiré trabajando para la universidad o apatronado, pero de la música no me voy a alejar nunca, voy a seguir haciendo música desde el rincón donde me vaya. Pero el sueño no está cumplido, cuando el conservatorio esté instalado en nuestra ciudad, solo entonces podré decir misión cumplida, daré un paso al lado y haremos un concurso universal para traer al mejor director que tiene que atender a nuestros niños, ellos merecen lo mejor.

"Voy a seguir haciendo música desde el rincón donde me vaya

Carlos Morales, director de la Emac."