Naguib Danilla Segovia
"Partiendo de la condición que el último gran terremoto que ocurrió en la zona norte de Chile, fue en 1877, del cual no se tiene certeza de su magnitud, se estima entre 8.5 ° y 8.8° Richter (...) desde esa fecha existe una acumulación de energía, que puede generar un sismo que se estima sea del orden de un 8.8° (en la escala de Richter)".
Esta fue la aseveración hecha por un trabajo desarrollado por profesionales del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden) y lideradas por el subdirector de este grupo y geólogo de la Universidad Católica del Norte (UCN), Gabriel González. Texto donde se expone las altas probabilidades que ocurra un megaterremoto en los próximos 50 años entre las regiones de Arica y Tarapacá. Conclusiones replicadas por la revista Nature Scientific Reports.
El investigador sostuvo que el terremoto del 1 de abril de 2014 de Iquique de 8,2° Richter -y su réplica de 7.6°- no fueron suficientes para liberar toda la energía acumulada que hay en la zona desde 1877.
"Nos permite concluir que la cantidad de energía que se liberó respecto de la acumulada desde 1877 hasta la fecha en que ocurrió el sismo de 2014, eso da un rango de más menos de un 18% o 20% (de liberación de energía). El resto de energía está aún acumulada", advirtió.
Especificó que las áreas donde aún está acumulada esta energía son desde la quebrada de Camarones en la región de Arica hasta la zona de Mejillones en Antofagasta. "Ahora, desde el sur del Perú, en el puerto de Ilo, hasta Arica, hay otra zona de energía que tampoco ha sido liberada. Desde Ilo a Mejillones se define lo que se conoce como laguna sísmica", apuntó.
El académico de la UCN explicó que el detallado análisis se pudo hacer gracias a 14 estaciones GPS instaladas a los largo del Norte Grande. En Cigiden también han hecho simulaciones de cómo afectaría un terremoto de magnitud 8,8. En ese sentido, detallaron que los resultados no serían catastróficos por la calidad de construcciones en la ciudad, aunque advierten que correrían riesgo las construcciones más antiguas, sobre todo con un maremoto.
Jorge Van Den Bosch, director del Centro de Catástrofes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antofagasta, comentó que él maneja cuatro escenarios posibles para este megaterremoto, donde el peor sería el de un movimiento telúrico superior a los 8,8° Richter. Sobre cuando ocurriría este megaterremoto, el especialista dijo que las lagunas sísmicas no duran más de 150 años, por lo que a partir de 2027 aumentarían las probabilidades de que ocurra un evento.
"Ningún gap sísmico aguanta 150 años. La mayoría revientan antes. Hay mucha probabilidad que se pueda producir un evento de tamaño mayor (después de esa fecha)", aseveró el académico. "
1877 fue el año del megaterremoto que afectó a Iquique, desde ahí hay energía acumulada.