Los 100 años de vida del ex locutor de la Radio Lynch
Mario Luna dice que desempeñó una labor social siendo la voz de la comunidad iquiqueña, que recurría a él cuando tenían alguna necesidad.
En la recién inaugurada sede del barrio Norte Hospital se acogieron a diversas personalidades iquiqueñas que llegaron para celebrar los 100 años de Mario Luna Castro. Porque no se trata solo de un longevo hombre, sino que de un reconocido locutor de la extinta radio Almirante Lynch, cuando este medio de comunicación recién comenzaba a generarse a nivel nacional.
Sentado en el sillón de su casa, a un costado del recinto donde se celebró su siglo de vida, relató aquellos años de labor social que realizó en la ciudad de Iquique, confesando también que el contacto con la gente, a través de la voz fue el gran amor de su vida.
LA voz de los sin voz
A pesar de que sus piernas ya no lo acompañan como antes, su cabeza sigue intacta, tanto así que aún recuerda que un 24 de junio de 1953 salió al aire la primera transmisión de su querida radiodifusora, mientras que él había llegado hace solo una semana a trabajar.
Contó que desde Santiago enviaron una lista para escoger el nombre del medio, se cortaron papeles con todas las opciones y la madre del dueño de la radio sacó uno de ellos para pasárselo a Mario, quien leyó "Almirante Lynch".
Palpando a la comunidad en su máximo esplendor y atendiendo las necesidades de la gente estuvo durante 29 años Mario Luna, quien comentó que se convirtió en la voz de los sin voz, cuando recurrían a él para conseguir medicamentos y servicios de primera necesidad.
"Yo tenía mi seudónimo. Tito del Río. Nació porque yo escuchaba mucha radio argentina y en la radio El Mundo había un locutor que hacía lo mismo que yo y se llamaba Jorge Omar del Río, entonces yo tomé ese nombre y quedé como Tito del Río", explicó con claridad sobre cómo lo llamaban en esos años.
En su sofá lo único que había era una radio roja, su mayor reliquia para escuchar sobre la actualidad y a pesar de que dijo que todas las radios locales eran sus favoritas, le tiene un cariño especial a Neura, porque "tiene la misma modalidad que teníamos nosotros (...) tiene el mismo sistema, entonces yo me imagino como que estoy escuchando mi radio".
"mi amor, la radio"
Al hablar de su familia solo se destinó a conversar sobre los dos hermanos que tuvo y de su madre, puesto que nunca tuvo hijo ni tampoco se casó. Esta decisión pasó más por temas de tiempo, trabajaba todo el día porque "ese era mi amor, la radio".
Tuvo una mujer que lo acompañó hasta el final de sus días, quien siempre le dijo que no era necesario el casamiento porque si el día de mañana se querían separar no habría nada que lo impidiera ni les hiciera daño.
Ese fue siempre su espíritu y estilo de vida, ser una persona que ama la libertad por sobre todas las cosas, que no tuvo más responsabilidades que las propias y que destinó a hacer de su vida lo que él quiso, un pensamiento más moderno pero que él empleó hace ya bastante años. Y si a eso se le añade que nunca fumó un cigarrillo y que no tomaba más de una copa en los eventos a los que lo invitaban, sería ese el secreto de su longevidad.
Las velas que sopló para su cumpleaños fueron aplaudidas por toda la gente que quiso estar celebrando con él y fue allí cuando se dio cuenta de los tantos amigos que tiene, esos que aún lo visitan en su casa para conversar.
Mencionó también que uno de los regalos más significativos para él fue recibir una llamada desde Valparaíso del ex alcalde de Iquique Jorge Soria Quiroga, a quien dijo conocer desde los 10 años y con él que compartió grandes momentos, por eso que escuchar su voz fue uno de los momentos más apreciados.
"Yo tenía mi seudónimo. Tito del Río. Nació porque yo escuchaba mucha radio argentina".
Mario Luna, Ex locutor de la, Radio Almirante Lynch"