El incendio de un acopio de azufre en Alto Hospicio que liberó a la atmósfera efectos nocivos para la población de esa ciudad y donde se destacó la valiosa labor de los bomberos, pone de manifiesto otra vez la importancia del tema de la contaminación ambiental que existe o que puede existir en el Gran Iquique: Iquique, Alto Hospicio, Alto y Bajo Molles, en la cual se concentra el 90% de la población de la región de Tarapacá. Hay varias tareas para desarrollar medidas ambientales. La polución en cualquiera forma y ambiente es un desafío en Chile y el resto del mundo frente al cambio climático que es el anuncio dramático que la madre tierra no puede seguir soportando más la irresponsabilidad y punitiva acción del ser humano en aras del crecimiento desenfrenado a toda costa.
En plena Segunda Guerra Mundial, el Tarapacá del 1° de diciembre de 1942 informa que iba a llegar por vía aérea el ingeniero que haría el último estudio sobre la sociedad que explotaría la fábrica de cemento que se levantaría en Iquique en el sector de Punta Negra. Los iquiqueños luchaban para tener una nueva e importante fuente de trabajo. Si se hubiera concretado esa iniciativa industrial por el efecto del polvillo, dependiendo la variación de la dirección del viento que en general sopla de sur a norte. El panorama del ambiente acuático de Iquique sufrió un trastorno con la instalación de varias plantas elaboradas de harina y aceite de pescado en el barrio industrial de El Colorado, al ponerse en marcha el plan reactivador de la economía del puerto por impulso del gobierno de Jorge Alessandri R., con motivo de la crisis final de la COSATAN (empresa salitrera) Las aguas de la bahía comenzaron a contaminarse con los desechos industriales de las fábricas, mientras la ciudad quedaba invadida por las fétidas emanaciones del proceso industrial, el famoso "olor a dólares". Las protestas por esa molesta situación se establecieron equipos desorizadores para amortiguar esas "fragancias". Pero la contaminación muy sensible fue en la playa de El Colorado. Sobre ese tema escribí en este diario un reportaje, el que originó que se me excluyera de secretario de la Agrupación Ecológica.
En el área de Iquique y alrededores hay situaciones que merecen ponerle la lupa: la cañería submarina que descarga petróleo y las que descargan aguas servidas domiciliarias en la rada y en Playa Brava, aunque no dudo que deben estar sujetas a periódicas inspecciones; la polución atmosférica por la extracción de áridos; el problema de los desechos textiles internados, el que se podría solucionar si se traen fardos solo con contenido de determinada clase, evitando el lastre invendible; ejecución del anhelado relleno sanitario intercomunal en Alto Hospicio; arborización en Iquique y Alto Hospicio; ¿cómo se trasladará el plomo de Paguanta?
Nuestro Planeta es una maravilla de la creación o evolución. Lástima grande que tanta belleza es un siglo más tal vez ya no lo sea, si no se toman apremiantes medidas a nivel mundial.
Mario Zolezzi Velásquez