Determinan prácticas de pescadores que más atraen a lobos marinos
Sernapesca entregó estudio sobre interacción entre estas especies y la pesca artesanal en caleta Cavancha.
Conocer los detalles del proceso de interacción entre los pescadores artesanales y los lobos marinos fue el estudio que realizó la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura en tres caletas de Chile.
El levantamiento se realizó en las caletas Cavancha, Pichilemu y La Vega (Región de Los Lagos) y evaluó las interacciones en tres momentos de la actividad pesquera: previo al zarpe, con los preparativos en la caleta; durante la navegación, calado y extracción de la pesca y en la recalada y desembarque de los recursos.
Así lo informó el investigador Alberto Leiva, ingeniero pesquero de la consultora Patricia Molina.
"Se determinó que entre las prácticas que más atraen la presencia de lobos marinos está el arrojar al mar restos de carnada y otros desechos durante la preparación de los espineles y otras artes de pesca (encarnado), en la maniobra de recogida de las artes y descarte de especies no objetivo y al alimentarlos en las caletas y terminales durante el eviscerado de los recursos, entre otras", indicó.
En tanto, el director regional de Sernapesca, Marcelo Moreno, explicó que en el caso de Caleta Cavancha, los principales recursos que se desembarcan son especies pelágicas como la caballa y el jurel, además de otros recursos como el locate y el huiro. Sin embargo, la actividad artesanal que tiene mayor interacción con el lobo es la pesca de la albacora, principalmente en las etapas de calado del espinel y al momento de recoger (extracción y virado).
Medidas de mitigación
Moreno añadió que el estudio entrega una serie de recomendaciones no sólo para disminuir el riesgo de interacciones perjudiciales con el lobo marino, sino incluso como oportunidades de negocios en el que los desechos pesqueros son aprovechados en la generación de productos con valor comercial, como compostaje, biofertilizantes y como pulpa congelada como alimento para animales.
3 caletas de Chile participaron en este estudio que duró diez meses.