Francisca Cabello Iriarte

"Cuando chicos no salíamos a jugar porque si ves al frente es un mundo paralelo". Así recordó su infancia en la población Jorge Inostrosa el músico iquiqueño Daniel Arenas. Sin embargo, dice que luchó contra todos los obstáculos para poder lograr su sueño de convertirse en un gran trompetista.

Su padre, Víctor, trabaja de madrugada repartiendo pan, pero los cambios de temperatura le trajeron consigo más de algún dolor físico. No obstante, todo esfuerzo ha valido la pena para decir orgullosamente que tiene dos hijos profesionales de la música.

Frente a su hogar en el sector de Jorge Inostrosa hay un peladero donde habitan personas en situación de calle y el mismo panorama ha visto Daniel en sus 26 años, quedándose dentro de su casa como instrucción de sus padres.

Las tradiciones de ir a La Tirana y vivir en medio de las bandas de bronce fue el legado que quiso entregarle Víctor a sus dos hijos, Rodrigo y Daniel, porque a pesar de no tener "dedos para el piano" su intuición le decía que debía aprender algo de este arte.

Y así fue, su hijo mayor Rodrigo fue durante años becado por entidades estatales que lo ayudaron a profesionalizar su talento en Santiago y el extranjero, una experiencia que también motivó al menor para seguir también por esta senda.

Experiencia

Daniel a los 17 años tomó sus maletas rumbo a la capital. Allí terminó la escolaridad dentro del programa que tenía el conservatorio de la Universidad de Chile y se sintió como un niño que llega criado desde la región hasta la gran ciudad.

Lo más difícil para el iquiqueño en lo que fue su estadía por la zona centro fue "el día a día, para ser sincero. Estar solo en una pensión donde la comida no es la misma que de la casa, el estar tantas horas fuera, salir en la mañana, llegar en la noche para acostarse y así todos los días".

En 2012 siendo parte de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil pudo viajar de gira y conocer países como Alemania, Austria y Eslovaquia. Las oportunidades se fueron dando cada vez más y se radicó dos meses en Francia, donde le ofrecieron continuar sus estudios de trompetista pero debido a los pocos recursos esa posibilidad quedó truncada.

Hace unos días dejó su casa en Iquique para aceptar una invitación a tocar junto a la Orquesta Filarmónica del Teatro Municipal de Santiago, que además le brindó la posibilidad de presentarse como primer trompetista en la obra "La Consagración de la Primavera" del compositor Ígor Stravinsky.

"Siento una sensación de confianza de parte de mi profesor, al parecer ha visto avances en mí y siente más confianza en darme una posibilidad como esta, la cual es gratificante", confesó.

Proyecto

Uno de los países donde ha podido percibir que sus sueños por fin se pueden concretar es España, específicamente en la ciudad de Alicante. Dos veces ha viajado al viejo continente para ser parte de una academia internacional que se especializa en los bronces, codeándose con grandes maestros y referentes a nivel mundial.

En octubre pretende viajar por tercera vez porque la posibilidad de ingresar nuevamente es más factible y lo ha visto reflejado en cada una de las pruebas que ha dado. Al finalizar dijo que se ha sorprendido al saber que "en una convocatoria de 50 trompetistas, cuatro han sido los seleccionados y entre ellos he estado yo".

"Mi profesor, al parecer ha visto avances en mí y siente más confianza en darme una posibilidad como esta, la cual es gratificante".

Daniel Arenas, trompetista iquiqueño."

"En España en una convocatoria de 50 trompetistas, cuatro han sido los seleccionados y entre ellos he estado yo".

Daniel Arenas, trompetista iquiqueño."