Más de 10.500 kilómetros de distancia existen entre la ciudad francesa Niza e Iquique, lugar donde vive Josefa Landerretche Salinas, una mujer de 34 años que pasó toda su infancia y adolescencia en el norte de Chile. Esto, hasta que sus ganas por crecer, conocer otras culturas e idiomas, la llevaron tomar sus maletas para emprender un viaje que no ha tenido retorno durante los últimos nueve años.

El propósito principal de su viaje fue aprender inglés para obtener el trabajo de hotelería que tanto anhelaba. Con el correr de los años, asegura que ha puesto los pies más sobre la tierra, por eso ve su nueva vida como una "buena decisión porque sabía que no tendría mucho futuro en Iquique. Amo mi ciudad y al igual que la mayoría de los que nos hemos ido, siento que volveré", contó.

Confesó que en su tierras aún guarda grandes amistades y a sus familiares, pero cuando tomó esta opción veía que en este lugar "era muy fácil perderse en carretes y conformismo, desde mi punto de vista".

En un principio cuando estudió inglés y cocina estuvo viviendo en California (Estados Unidos) y luego se trasladó a Francia, algo que le ha resultado fascinante porque continúa apreciando las diferentes culturas, lugares y personalidades con otra mentalidad que "en mi caso han hecho que me diera cuenta de todo lo que podía lograr fuera de mi zona de confort a la que estaba acostumbrada".

Niza

Su matrimonio con un francés hizo que se trasladara de país, en el que está muy cómoda criando a su hijo y al que viene en camino. "Al principio fue un poco difícil, de nuevo otro idioma por aprender, amigos por hacer y todo lo que implica moverse del lugar donde uno vive, pero cada vez que salgo a dar un paseo con mi hijo me siento privilegiada de vivir en un lugar tan bello y seguro", expresó.

A raíz de su embarazo tiene una rutina más lenta, aprovecha el tiempo para pasear junto a su pequeño, jugar en los parques o visitar Vieille Ville (Ciudad Vieja) en Niza que le parece muy entretenida.

La estadía en Francia le ha brindado importantes experiencias porque a sus alrededores están situadas históricas ciudades como Mónaco o Cannes y "un sinfín de playas increíbles que aún no termino de visitar. He conocido bastantes jóvenes, sobre todo argentinos que vienen a trabajar aquí por un tiempo pero aún no veo muchos chilenos, son unos pocos", mencionó.

Múltiples experiencias pretende seguir viviendo y dijo que espera que su generación incentive a sus hijos a viajar, ya sea por estudio o trabajo, porque es una instancia para "crecer y apreciar lo que tenemos o lo que dejamos atrás, y ser mejores personas", finalizó.

Francisca Cabello Iriarte francisca.cabello@estrellaiquique.cl