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Cuando Charles Darwin visitó Iquique, Alto Hospicio y La Noria

Naturalista y geólogo estuvo en una ciudad pequeña y conoció la naciente industria salitrera
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Patricio Iglesias P.

Iquique está dentro de importantes acontecimientos históricos en la época republicana y fue visitada en distintas épocas por ciudadanos ilustres. Sin embargo, un aspecto poco conocido es que en las primeras décadas del siglo XIX llegó a sus costas un ilustre visitante, que plantearía una de las teorías más importantes sobre la vida en la tierra, la Evolución de las Especies.

Hace 180 años el barco "Beagle" que venía de una travesía por el Estrecho de Magallanes, Valparaíso y Caldera recaló en Iquique. A bordo iba un joven Charles Darwin, un 12 de julio de 1835. Cuando llegó escribió en su diario: "Anclamos en el puerto de Iquique, a los 20° 12' de latitud sur".

En su visita no solo conoció la incipiente ciudad que era Iquique, sino que pudo explorar el interior, lo que después sería Alto Hospicio. El geólogo de la Universidad Arturo Prat, Diego Rojo Martel, investigador y quien ha destacado el valor histórico de este momento, por cuanto "fue por un amistad con un ciudadano británico que conoció de Iquique y pudo visitar la ciudad y la explotación de plata en Huantajaya y del salitre".

Es así que esta travesía aparece en el libro del padre de la Teoría de la Evolución, llamado "Viaje de un naturalista alrededor del mundo". Darwin recorre las costas de Chile desde 1832 hasta 1835.

Los detalles de la visita de Darwin dan cuenta de una ciudad de no más de mil habitantes: "La ciudad tiene unos 1.000 habitantes y se levanta sobre una pequeña llanura arenosa, al pie de una gran muralla de roca, de 2.000 pies de altura, que forma aquí la costa. El territorio está, en general, desierto".

Diego Rojo precisa que la importancia de los ingleses en la región se debe fundamentalmente a George Smith y William Bollaert, el pionero de la tecnología del salitre, mientras que el segundo personaje podría ser catalogado como el primer geólogo de la región y superintedente de la mina Huantajaya. "Ambos juegan un rol fundamental en la visita y estadía de Darwin en Iquique", destaca.

Es por ello que al día siguiente a su arribo, Darwin parte rumbo a La Noria. En su relato menciona que "por cuatro libras esterlinas, arrendé dos mulas y un guía que me conduzcan al lugar donde se explota el nitrato de sosa". Durante la madrugada, en su ascenso el 13 de julio para visitar los salitrales, escribe en su diario "para efectuar la ascensión de las montañas de las costa siguiendo un sendero arenoso que describe numerosas vueltas; pronto se ven Guantajaya y Santa Rosa".

Rojo destaca que el investigador quedó sorprendido con la pampa: "este es ciertamente el primer desierto verdadero que he visto", para luego concluir "Desde cierto punto de vista, el aspecto del país es notable; está recubierto, en efecto, por una costra espesa de sal común y por capas estratificadas de aluviones salinos que parece que se han ido depositando a medida que la tierra se elevaba gradualmente sobre el nivel del mar".

Sobre su paso por Chile, Rojo asegura que muchas de las observaciones del geólogo están vigentes y dio una visión de fauna, así como de las riquezas que tenía el territorio chileno-peruano.

Espera que con el tiempo se pueda realzar la importancia de esta visita y su impacto para lo que fue la historia del salitre.

"La ciudad tiene unos 1.000 habitantes y se levanta sobre una pequeña llanura arenosa al pie de una gran muralla de roca".

Charles Darwin, describiendo a Iquique en su libro "Viaje de un naturalista alrededor del mundo""