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La lucha de los animalistas contra el maltrato en Alto Hospicio

Es la comuna más afectada por el abandono de animales en la vía pública y las agrupaciones realizan distintos esfuerzos para socorrer a los animales. Aseguran que aún hay poco apoyo para hacer cumplir la "Ley Cholito".
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Crismary Castillo Marengo

A Rockita, un cachorro de menos de seis meses, unos desconocidos le intervinieron sus genitales, los cortaron y le abrieron una cavidad.

Esta acción estaría calificada de acuerdo a la Ley de Tenencia Responsable de Mascotas y Animales de Compañía, conocida popularmente como "Ley Cholito", como lesiones graves en la integridad física o muerte del animal, con penas de presidio menor en su grado medio y multas de hasta 30 UTM, además de inhabilidad perpetua para la tenencia de cualquier animal.

¿Hay algún culpable? No, asegura Loreto Méndez, directora de la fundación "Patitas del Desierto" de Alto Hospicio.

"Me cuesta mucho que lo quieran adoptar y él todavía es un cachorro. Lo rescatamos y se salvó después de un largo proceso de cirugías", indicó.

Méndez, junto a un equipo de voluntarios, mantiene un refugio en El Boro, luego que durante el primer semestre de 2019 Bienes Nacionales le cediera el comodato de cuatro hectáreas en el sector norte de Alto Hospicio.

Allí tiene a cerca de cien perros: de todos los tamaños, razas y en distintos periodos de recuperación tras el maltrato. Estos animales disponen diariamente de agua, comida y limpieza.

Antes de la llegada de los rescatistas, el sonido que hacen estos cien perros se pierde en medio de la carretera. Al lado del refugio, que es gestionado por donaciones, está el cementerio no autorizado de mascotas que con unas tres hectáreas bordea el camino hacia la cárcel de la comuna.

Es por ello que la organización que tiene la fundación gestiona, además de la alimentación e hidratación, el acceso a medicamentos, los tratamientos de recuperación y las cirugías, muchas de ellas de reconstrucción.

"Ahora tenemos 21 caniles. Nosotros también recibimos los animales de los municipios de Iquique y Alto Hospicio. Hay animales que nadie recoge, solo toman foto del maltrato, la publican en redes sociales y de ahí no pasa", cuenta.

Cuando un canino tiene problemas de agresividad, antes era sacrificado, pero ahora la Ley de Tenencia Responsable los protege, porque considera cursos para adiestrar a razas peligrosas.

Méndez recuerda que, apenas se conoció de manera pública la concesión del terreno como refugio, diariamente encontraba a perros atados a la puerta del espacio el incluso camadas de cachorros: todos abandonados presuntamente por sus dueños.

Actualmente el espacio luce organizado, de tal manera que la rutina diaria se desarrolle con un orden de hidratación, alimentación y de limpieza de residuos. Posteriormente, cuando cada grupo de animales divididos por edad y condición de salud, comió y tomó agua, se inicia el proceso de limpieza que dura aproximadamente una hora y media.

Allí están cuidados. Sin embargo, el entorno que los rodea se hace visible en el recorrido que hace Méndez desde Iquique hacia Alto Hospicio.

"Todos los días que subo conecto con la ruta A-616 y lo que vemos son perros agonizando que fueron atropellados y que son dejados allí sin ningún problema", relata.

Consultada sobre qué se puede ver en el sector norte de Alto Hospicio, Méndez detalla que la realidad supera a la ficción.

"Hemos encontrado hacia adentro de El Boro, en los basurales, muchos perros muertos, que han sido violados, ahorcados, quemados o amputados. En el desierto encontramos muchas cosas que la gente no conoce", comenta.

Advierte que todos los días encuentra como mínimo un perro en estas condiciones. "Postulamos, a través de la Ley de Tenencia Responsable, a un proyecto para mejorar la infraestructura del refugio porque es necesario contar con un lugar en buenas condiciones para darles seguridad a los perros que son maltratados", asegura.

En la calle

Camila Espinosa inició hace al menos cuatro años, una ruta de alimentación e hidratación para perros que están en la toma que se ubica detrás de la Policía de Investigaciones en La Pampa, con la agrupación "Pampitos".

Solo en esta toma, alimentan a cerca de 200 perros que, dada las condiciones de abastecimiento de agua y su distribución, sufren diariamente de deshidratación.

"Todos los fines de semana subimos. Les repartimos alimento a los perros y gatos del sector, rearmamos las casas que tienen porque muchas veces se las dañan y, muchas veces los llevamos a esterilizarlos", indica.

Recuerda que, hasta hace al menos un año, la ruta la realizaban junto a un veterinario. Pero no pudieron seguir costeando sus servicios.

"Siempre hay perros enfermos. Al vivir en una toma, la calidad de vida de estos animales se deteriora de forma más rápida", describe Espinosa.

La diversidad de atenciones y necesidades que presentan estos animales que no cuentan con asistencia o una persona a cargo, motivan a los voluntarios a seguir trabajando.

"Nosotros no tenemos refugio, así que los atendemos en donde estén. Lo que más nos cuesta es que la ayuda no es fija, tenemos nuestra página en Facebook llamada 'PampitosIqq' donde hacemos los llamados para colaborar", sostiene.

En total son cinco los voluntarios que suben en dos autos a las tomas.

"Subimos con cien kilos de alimentos semanal y 100 litros de agua. Muchas veces mueren deshidratados porque normalmente en las tomas no hay agua. Al sector donde vamos, hay un lugar que tiene una sola toma con agua para todos los vecinos", manifiesta.

A eso añade que, al no contar con recursos, se complican las atenciones y, por tanto, la campaña de donaciones es continua. En lo específico, dice que necesitan comida más allá de dinero.

A esto se suma lo difícil que es cumplir con los requerimientos para realizar denuncias por maltrato animal. "Nos ha costado mucho hacer valer la 'Ley Cholito'. Hemos llamado a Carabineros estando en Hospicio con un perro que estaba en los huesos. En las tomas la gente tiene a los perros para cuidar y no les da comida", expone.

Añade que han podido sacar casos, pero a través de denuncias en la Brigada de Delitos Medio Ambientales y Contra el Patrimonio Cultural de la Policía de Investigaciones de Arica.

"No sabría explicar por qué no acogen las denuncias. No sé si es mala voluntad, pero pareciera desconocimiento de la 'Ley Cholito'. La última que hicimos, en abril, no fue acogida", detalla.

Necesidades

En la Universidad Arturo Prat, la Brigada de Defensa Animal tiene jornadas semanales y mensuales para reunir los recursos necesarios que cubran alimentación, consultas médicas y cirugías de los 14 animales que tienen bajo su resguardo.

"La Federación de Estudiantes de la Unap nos pasó un espacio para tener a los perros que estén enfermos y que nos sirva también para vender accesorios como stickers, los que diseñamos con la cara de nuestros perritos", señala Valentina Henríquez, una de las voluntarias.

Todos los meses hacen la campaña "Dona tu luca", donde cada persona puede donar este monto para que sea usado en medicinas o cirugías.

"Normalmente nos mantenemos por autogestión. Para una cirugía necesitamos por ejemplo, 70 mil pesos. Contamos con el apoyo de una veterinaria que nos da crédito en su clínica y podemos pagarle después de que realiza su trabajo", dice.

Henríquez finalizó diciendo que es necesario que se eduque en el respeto y cuidado hacia las mascotas porque son vidas que no merecen ser maltratadas.

Educación

Para el médico veterinario Juan Luis González, educar en cuanto a la tenencia responsable de mascotas es prioritario.

"Si en los colegios se pudiese incluir en los contenidos sería ideal. En la medida que uno va creciendo, en mi caso, siempre tuve perros adoptados y así crecimos", comenta el profesional.

González detalla que el contacto con un perro adoptado ayuda a hacer mejor a las personas y, en el caso de los niños, los pequeños se sienten mejor al saber que están rescatando a un animal que posiblemente no tenía un buen futuro.

El veterinario afirma que "los niños que crecen con animales rescatados tienen mejor inmunidad con aquellos que no tienen perros. Esto ayuda al crecimiento del sistema inmunológico. Los niños que crecen con perros, en su mayoría, no son alérgicos. Es súper buena opción educar en todo nivel".

"Vemos perros agonizando que fueron atropellados y que son dejados allí sin ningún problema.

Loreto Méndez, rescatista."