Extracción ilegal de productos en veda: un placer culpable
El loco y el pulpo están entre los más apetecidos, y aunque su venta es muchas veces explícita, los organismos fiscalizadores reconocen las dificultades crecientes para garantizar el cumplimiento de esas prohibiciones.
Aunque está en veda desde hace un año, al entrar a Caleta Riquelme, el principal terminal pesquero de Iquique, la oferta de locos (Concholepas concholepas) no deja indiferente a nadie. El producto marino se ve entre los potes de erizos y ceviche, y mariscadores sentados sobre sus baldes lo ofrecen con cautela cuando pasan los visitantes.
Esta es solo una de las pruebas de que los recursos en veda son vendidos a pesar de su prohibición. No solo en caletas, sino también por distribuidores que llegan a los distintos restaurantes de la ciudad para venderlos in situ.
Juan Demetris, presidente del Sindicato de Pescadores de Caleta Riquelme, explica que el principal problema para los pescadores es justamente el período de veda, cuando se prohíbe la caza y pesca de ciertos recursos marinos para su óptimo desarrollo, una limitación que no todos quieren aceptar.
"No hay recursos y la gente tiene que subsistir, tienen familias, entonces eso los lleva a sacarlos", afirma Demetris. Otro incentivo, dice, es que a algunos compradores no les importa la veda y pagan lo necesario para adquirir estos productos. Para el gremio, este 2019 no ha sido tan fructífero debido a las marejadas, lo que fue más crítico entre abril y mayo, cuando, según Demetris, estuvieron 45 días sin poder trabajar.
Sernapesca
Bajo este escenario, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura de Tarapacá (Sernapesca) actúa como fiscalizador para que estas prácticas no surjan. A ellos se suman Carabineros, Armada, Impuestos Internos, Servicio de Salud, Aduana y Seremi de Salud de forma colaborativa.
En el boletín emitido por Sernapesca el segundo trimestre de este año, las mayores incautaciones fueron de locate (más de 150), erizo (menos de 50), huiro negro (200), loco (más de 50) y pulpo (más de 100). Más de 50 incautaciones se produjeron entre abril y junio en lo que respecta al loco, una especie que se decretó en veda el 1 de enero del 2018 y culminará recién el 31 de diciembre del 2020, como ejemplo de los largos períodos que los buzos deben tolerar.
Pese a ello, es facil encontrar la venta del producto, incluso en restaurantes.
Ante esta escasez de recurso y una posible estrategia para soslayar esta necesidad de los pescadores, el director regional de Sernapesca, Marcelo Moreno, dijo que "ese es un tema social que nosotros lamentamos. Si no pueden tener acceso a algunas pesquerías que a ellos les dan un sustento, ese es un tema que escapa de nuestra competencia. Nosotros somos ante todo un ente fiscalizador, por lo tanto no tenemos herramientas ni instrumentos para poder cooperar en esos temas".
Pedro Pizarro, académico de la Facultad de Recursos Naturales del área de Biología Marina y Acuicultura y director de la carrera en la Universidad Arturo Prat, al categorizar el recurso marino en una etapa de veda para su correcta extracción, se está protegiendo "un proceso biológico para que el individuo alcance su talla de primera madurez sexual y a lo menos deje algún descendiente que contribuya a la regeneración o al repoblamiento", puntualizó.
Por lo general, los procesos reproductivos de las especies marinas se dan a fines de invierno y principios de primavera, un ejemplo de esto es la anchoveta que está en veda desde el 25 de agosto por un plazo de 45 días.
Consumidor
En la carta de platos del Restaurante Esmeralda del Hotel Baquedano en Iquique no hay pulpo, ni loco ni ninguna otra especie en veda. Es que para el chef Juan Pablo Castro, es fundamental aportar con su protección.
"Llega la gente hoy día y te dicen 'pero cómo no tienes loco' y eso no puede ser. El cliente en ese sentido no tiene la razón, porque es pan para hoy y hambre para mañana", afirmó Castro.
Esta decisión ecológica ha sido bien recepcionada por los turistas que llegan a alojarse y que pasan por el restaurante, ya que, según el chef, agradecen cuando un producto no es congelado y se rehúsan a importar productos, privilegiando lo 100% local y que no impliquen un traslado tan grande.
"Creo que estamos más preocupados de la bolsa del supermercado, eso es como lo que nos compromete con el planeta, pero no estamos siendo agudos en el tema de nuestra alimentación. Nosotros estamos haciendo una cocina consciente", aseguró.
Durante un año y medio el chef iquiqueño se ha podido dar cuenta de cómo llegan los mismos proveedores a venderles productos que están en etapa de prohibición, o cuando camina por las caletas y con voz más baja le ofrecen pulpos o locos.
Ante eso, no todos los empresarios de la gastronomía hacen oídos sordos y prefieren fomentar el mercado ilegal. Así satisfacen los paladares del consumidor que tiene ganas de probar el producto, pero que desconoce el impacto que provoca esta depredación. O lo que es peor, siendo consciente de la veda, pero sin importarle.
Armada
La Armada de Chile es otro de los entes fiscalizadores de los recursos marinos, facultad que le otorga la Ley de Pesca y Acuicultura y que les permite inspeccionar el respeto a los procesos de veda.
El capitán de Puerto de Iquique, Felipe Torres, comentó que cuenta con personal de patrullaje permanente por todo el borde costero, principalmente en las caletas. Actúan por medio de denuncias o actuaciones preventivas.
Sin embargo, el tema se dificulta "cuando nuestro personal ingresa a esos sectores porque de alguna forma se anuncia la presencia. Independiente de eso, generalmente logramos dar con las personas que están comercializando estos productos en veda o en su defecto, encontramos el producto en sí sin lograr identificar al poseedor. Este control lo hacemos tanto en tierra como en el mar", explicó.
De manera diaria y en diferentes horarios se disponen a fiscalizar este fenómeno que en el último tiempo ha dificultado la labor de la Armada.
"Nos hemos dado cuenta de que las personas que están cometiendo estos ilícitos están más organizadas. De alguna forma se ha complicado el accionar nuestro para evitar la venta de estos recursos o su comercialización. Esta gente de alguna forma ha modificado su modo de operación, están más organizados, logran anticipar nuestra llegada u ocultan más fácilmente las cosas. De alguna u otra forma hemos ido evolucionando en nuestros procedimientos. Permanentemente tenemos resultados, aunque no lo deseado", puntualizó el capitán.
"Logran anticipar nuestra llegada u ocultan más fácilmente las cosas.
Capitán Felipe Torres"