EDITORIAL
Campamentos en Tarapacá
Un estudio del Ministerio de Vivienda (Minvu) dio cuenta que en siete años se cuadriplicó la cantidad de hogares que viven en campamentos, pasando de 1.156 familias en 2011 a 4.084 en 2018.
De acuerdo a este estudio del Minvu, la evolución regional revela que el 2011 había seis campamentos en la región, mientras que el 2018 hay 40 asentamientos precarios, donde el 55% lo lidera una jefa de hogar y un 27% de hogares está hacinado. Según el mismo estudio, un 55% de la población encuestada tiene nacionalidad extranjera, predominando los de nacionalidad boliviana.
Las cifras establecen una realidad difícil de erradicar y que nace principalmente por la escasez de viviendas en la región y consecuencia de ello el alto costo de los arriendos que impide que personas con ingresos más bajos cuenten con lo necesario para pagar un alquiler.
Si el sueldo promedio en la región, de acuerdo a la Encuesta Suplementaria de Ingresos del INE, es de $511 mil pesos, en el caso de las familias más vulnerables esta cifra es mucho más baja, lo que sin dudas hace que sea imposible que puedan pagar el arriendo de una vivienda y la mayoría sufre situaciones de hacinamiento, ya que solo alquilan habitaciones o viven de allegados.
El plan del Gobierno es aumentar el número de viviendas sociales que se construyen al año con el fin de poder reducir el déficit, sin embargo, parece una tarea difícil de cumplir, luego que la proyección es entregar 6.700 subsidios a familias vulnerables al año 2021.
Independiente de que la tarea es casi imposible de acuerdo a los tiempos de respuesta que tiene la administración pública, esta no es una solución que impacte de forma más profunda en la problemática habitacional de la región.
Es de esperar que surjan nuevas iniciativas que permitan poder aumentar la velocidad en la entrega de viviendas, por ejemplo, con soluciones prefabricadas que podrían incluso aumentar la tecnología y solucionar los problemas de sismisidad de la zona.
Es importante manejar todas las alternativas posibles, incluso mezclando estas con el fin de ir reduciendo las familias a quienes les es inalcanzable poder acceder a una vivienda.
"Hay 40 asentamientos precarios, donde el 55% lo lidera una jefa de hogar y un 27% de hogares está hacinado".