Plaza de Carol Urzúa no es reparada desde el terremoto de 2014
Parque municipal aún no es recuperado y hoy es dormitorio y basural.
El exparque ubicado en la población Carol Urzúa, que fue construido en calle La Cantera en 2012 para albergar una cancha y juegos infantiles, contando con agua e iluminación, hoy luce como un lunar negro dentro de este sector habitacional.
El sector, cerrado desde el 1 de abril de 2014, se levantó donde se encontraba el vivero municipal eliminando un sitio eriazo, con altos niveles de inseguridad para los vecinos.
La construcción ocupa una superficie de 4.426 metros cuadrados y contaba con un cierre perimetral, áreas de esparcimiento, juegos infantiles, multicancha, ciclovía, camarines y baños, en donde se invirtió un total de $400 millones en la construcción aportados por la municipalidad.
La obra hoy solo es un recuerdo y la inseguridad e insalubridad tienen preocupados a los vecinos.
Preocupación
La presidenta de la junta de vecinos, Lina Flores, manifestó que "el parque funcionó y nos permitía tener un sitio de recreación para los niños, pero eso cambió para el terremoto del 2014, porque el lugar tuvo que ser cerrado por ser riesgo para derrumbes".
Precisó que los juegos infantiles y las estructuras del parque fueron afectados por la caída de grandes piedras, las que aún permanecen sin remover en el mismo lugar.
"Estamos acá en una situación en que ha pasado el tiempo y esto se ve demasiado abandonado, pues se convirtió en un lugar donde llega a dormir gente, pero lo peor es que acumulan basura".
La situación, expresaron los vecinos, ha derivado en que al interior existan más de diez rucos y una veintena de personas en situación de calle.
Así como la acumulación de basura "y esto nos ha significado que aparezcan ratones de gran tamaño y por eso necesitamos se realice un plan de fumigación y limpieza en este sector para saber si se puede recuperar o se procede de otra forma".
Inseguridad
Una vecina del sector, que no quiso identificarse, dijo que en las noches es cuando el sector es más peligroso, por cuanto la zona es oscura y abarca una gran extensión.
A ello se suma que no hay iluminación en la zona y por ello se requiere que se dé una solución definitiva al parque, el que no podría seguir funcionado porque está en una zona donde existen riesgos de derrumbes, pues existe un acantilado.
Del cierre perimetral que existía cuando fue construido, las personas que se tomaron el interior destruyeron las rejas y se instalaron con sus rucos, los que son habitados por hasta dos o más personas.
La presidenta de la junta vecinal manifestó que el intendente Miguel Ángel Quezada visitó el sector "y comprometió que se iba a ver la situación de esta zona".
Argumentó que espera que pueda verse una solución definitiva, considerando el tiempo que la explaza tiene abandonada, aún con carteles que evidencian existe una zona de riesgo de derrumbes.
Este diario se contactó con el municipio de Iquique, sin embargo al cierre de esta edición no se pudo conocer la versión de la Dirección de Obras Municipales.