La historia del antiguo templo de los anglicanos
A principios del siglo XX la comunidad inglesa construyó una iglesia, que más tarde paso a manos de la Iglesia Adventista, cuyos fieles reconocen la importancia histórica de la construcción.
"Para el honor y la gloria de Dios Todopoderoso y bajo el nombre de San Miguel y todos los ángeles, esta piedra fue colocada el decimoquinto día de agosto en el año de Nuestro Señor de 1902".
El precedente texto está escrito -originalmente en inglés- en una piedra incrustada en el frontis del templo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, ubicado en calle Orella.
Esa reseña ilustra el origen del templo que se remonta a una ciudad de Iquique influenciada por la comunidad británica que llegó a la zona debido al éxito de la industria del salitre que atrajo a muchos empresarios de origen inglés que construyeron una iglesia anglicana en el antiguo puerto.
La primera piedra fue puesta en el año 1902 para construir la futura sede de la Comunidad Anglicana de Iquique, que estaba compuesta por acaudalados empresarios mineros ingleses y sus familias.
Años posteriores, específicamente el 8 de junio de 1959, el británico George Wood Suddaby, residente en Iquique, en nombre de la Iglesia Anglicana de Iquique, vendió el terreno y edificio de Orella en seis millones a la Corporación Iglesia de los Adventistas del Séptimo Día.
La adquisición del templo significó un gran esfuerzo para los adventistas, ya que debieron juntar dinero para poder quedarse con la construcción.
Materialidad
El templo es una sencilla construcción de madera de estilo británico victoriano, en cuyo exterior destacan los vanos (huecos de luz) en forma de arcos que contienen vitrales verdes, amarillos y azules.
Desde la calle también sobresale el vano circular de su torre. Esta última estructura está compuesta por falsas almenas, unos salientes verticales dispuestos a intervalos regulares que parecieran "coronar" la construcción. La torre también tiene un campanario chapitel, es decir, el elemento arquitectónico situado en la parte superior de la estructura a modo de terminación y que se encuentra recurrentemente en las iglesias.
En el interior, al fondo, está la tarima que se extiende en todo el ancho de la construcción, la que sirve como escenario, además de un podio central con asientos a los costados. Se suma una gran ventana de arco con evocación neogótica.
Por la única nave está el pasillo que es acompañado por bancas de madera sólida. Destaca también un balcón que contiene una balaustrada de madera al que se accede a través de una escalera de caracol.
En tanto, el cielo tiene forma arqueada y está entrecruzado por vigas longitudinales.
Antiguo órgano
Dentro del templo un antiguo órgano ocupa un lugar especial, cuyo origen comprende los años 1901 y 1910 en Gran Bretaña. Es de la marca Forster & Andrews, quienes eran unos artesanos organeros al servicio del constructor británico J. C. Bishop. Ambos trabajaron tantos años para Bishop que aprendieron el rubro de la organería y decidieron armar su propia firma que llevaba sus apellidos.
Esta pieza, que tiene unas perillas manuales que hacen cambiar el sonido y un pedal que hace más intenso el tono, fue traído a Iquique cuando la actual Iglesia Adventista pertenecía a la fe anglicana, la iglesia oficial de Inglaterra.
De hecho, la construcción del templo fue pensada para que un órgano fuera parte de la iglesia por lo que fue adecuada para que tuviera un lugar importante dentro de la solemnidad de las liturgias. Sin embargo, actualmente el instrumento musical no está en funcionamiento, pero existe un proyecto para recuperarlo.
Templo histórico
Juan Carlos Carvacho, pastor de la Iglesia Adventista, destacó la importancia que la construcción tiene para Iquique, al tratarse de una estructura centenaria.
"Tenemos un encargado para el cuidado del templo y, en ese sentido, estamos en un proceso de renovar algunas cosas, como el piso, ya que todos los años recibimos a las autoridades cuando se realiza el Te Deum. También queremos pintar la fachada para que siga siendo un lugar bonito para la gente", manifestó el representante de la iglesia.
Carvacho rescató el carácter histórico de la iglesia que ha acompañado a los fieles adventistas por 60 años. "Hay mucha historia que está guardada en el templo y queremos mantenerla. Este tipo de iglesias tiene mucha belleza, a diferencia de lo que pasa actualmente donde todo es muy pragmático", analiza el pastor.
"Hay mucha historia que está guardada en el templo y queremos mantenerla".
Juan Carlos Carvacho,, pastor de la Iglesia Adventista."