Agenda Social

Chile despertó es una frase que escuchamos a diario en estas semanas, y es verdad una gran cantidad de personas han salido a las calles a manifestarse por demandas legítimas, por una mejor calidad de vida, por mejores pensiones, mejor salud, mejores sueldos, educación de calidad, entre otras.

Chile era hace 21 días atrás, un país que creíamos ejemplar no solo en el entorno de Latinoamérica sino también a nivel mundial; creo sinceramente que en los últimos 30 años Chile avanzó mucho y de ello debemos sentirnos orgullosos, un ejemplo innegable es que avanzamos en la superación de la pobreza desde un 40% a un 10% pero queda mucho también en lo que es la pobreza multidimensional y por cierto en desigualdades que es el clamor de los chilenos en la calle.

Es importante diferenciar a los que marchan pacíficamente por sus carencias y anhelos de aquellos que lo único que buscan es infundir miedo por medio de la violencia extrema destruyendo todo lo que encuentran en su paso. El orden público es deber del Estado y para que funcione un estado de derecho, por ello me parecen adecuadas las medidas que anunció el presidente Sebastián Piñera en materia de seguridad que busca castigar a los violentistas y dar paz y tranquilidad a la gran mayoría de los chilenos que se manifiestan con tranquilidad y no por ello con menor fuerza.

Qué debemos hacer para salir de esta situación, primero reestablecer el orden público y en forma paralela un acuerdo nacional que incluya una agenda social consensuada que permita disminuir las desigualdades existentes y alivianar la gran carga que una gran mayoría de chilenos sostiene en sus espaldas día a día. Entre ellas sin duda deben mejorarse las pensiones que les permitan a nuestros adultos mayores una vida digna; mejorar el sistema público de salud que nadie muera por falta de atención o por que ésta sea de mala calidad; solucionar el tema de los precios de los medicamentos, dar una solución real a miles de estudiantes que hoy tienen sus vidas embargadas producto del CAE, al menos permitirles reprogramar sus deudas en un interés máximo del 2% y que asegura que nadie puede pagar más del 10% de su sueldo y condonarles los intereses cobrados hasta hoy. Avanzar también en el no pago de contribuciones y pasajes de locomoción colectiva a los adultos mayores.

Este acuerdo debe incluir las necesarias reformas políticas que se requieren, estoy abierta a modificar la Constitución, incluso a hacer una nueva, pero si por las vías institucionales, que no se oponen a que sea participativa o que recojamos de la ciudadanía sus opiniones para que se sientan representados.

Esperamos que este despertar sea el nuevo sueño de un mejor y más justo Chile que todos queremos.

"...estoy abierta a modificar la Constitución, incluso a hacer una nueva...".

Luz Ebensperger,, senadora"

Hemos sido testigos estas últimas semanas del estallido social más relevante post dictadura. No cabe duda de que #ChileDespertó. Es claro que, junto a este despertar -producto de una acumulación de abusos y una desigualdad estructural- surgen interrogantes para intentar encauzar el descontento social y avanzar hacia consensos que permitan generar un nuevo pacto social.

A mí me parece que indudablemente estamos en un momento histórico donde por primera vez tenemos la posibilidad de crear un país para todos y todas, donde la participación ciudadana es la clave ¿por qué no preguntarles a los ciudadanos -a través de un Plebiscito- si desean o no una Nueva Constitución? ¿Por qué no preguntarles por el mecanismo para elaborar esa Nueva Constitución (Asamblea Constituyente, Reformas Constitucionales, etc.)? ¿Por qué los que se dicen "liberales" en Chile y defienden tanto la libertad individual, no apoyan que se les pregunte a los mismos ciudadanos si desean dichos cambios? ¿Será porque tienen intereses comprometidos con el orden social que fue impuesto en Dictadura? ¿Qué más tiene que pasar, o cuánta gente más tiene que morir para que entiendan que no habrá paz social si no hay justicia social?

Caldera social

Chile es nuestro hogar, nuestra casa, hasta hace poco, conocido en el mundo con imagen de una economía floreciente y estable, donde cada cierto tiempo se nos daba a conocer las grandes utilidades que obtenían algunas empresas, otorgando seguridad a los inversionistas; pero, el aumento del pasaje en Metro de Santiago, fue la chispa que generó una explosión ciudadana, con rabia, frustraciones y angustias acumulados por años, cuyas protestas masivas se irradiaron a todo el país como un terremoto social, réplicas que aún continúan en el territorio. Las marchas y manifestaciones espontáneas, con destrucción y saqueos en grandes locales comerciales; también han afectado a las pequeñas empresas, las que por temor, hay días que deben cerrar y, cuyas ventas han bajado enormemente. A las demandas sociales por mejores pensiones, salarios, salud, seguridad en el trabajo y no más abusos, existe un rechazo generalizado hacia los partidos y clase política; siendo las banderas mapuches y chilenas los símbolos que representan la unidad en la diversidad, por un país más igualitario y solidario. En un poema, el poeta Edwin Castro, expresó la esperanza a su hijo pequeño: "Mañana, hijo mío, todo será distinto. Se marchará la angustia por la puerta del fondo que han de cerrar, por siempre, las manos de los hombres nuevos".

Dérico Cofré

Felipe Conejeros