En un debate, ya ciudadano, las argumentaciones matemáticas o sobre el sistema a aplicar, para cualquier clase de elección, opacan la discusión de fondo. A saber, si debe garantizarse a la mujer la igualdad de oportunidades para competir o la igualdad en los resultados de aquella.
Por nuestra parte, apoyamos la igualdad de oportunidades para competir, pues la mujer ha tenido, históricamente, todo tipo de trabas para participar en diversas competencias y elecciones, mas no para ser triunfadora. Cuestión demostrada por aquellos espacios en los que, teniendo igualdad en el punto de partida, la mujer sobresale por su destreza, rigurosidad, dedicación y compromiso, ganando así en los resultados. No porque, simplemente, hay una fórmula que se los asegura de antemano.
Por cierto, en las elecciones efectuadas en el Colegio de Abogados, el sistema utilizado para garantizar cargos directivos a la mujer perjudicó finalmente a las candidatas. Toda vez que significó un límite al número de ellas que habrían salido electas para tales cargos, si se atiende a que tenían una mejor votación que sus pares hombres.
50% candidatas y 50% candidatos, con políticas que fomenten y fortalezcan la candidatura de la mujer, pero sin sistema alguno para asegurarle escaños. Pues, por nuestro bien, deben ganar sólo aquellas y aquellos que sepan competir y que demuestren poseer las mejores aptitudes y habilidades para ejercer los cargos en nuestro país.
Barras bravas
En la Cámara de Diputados existe un profundo clima de crispación. Las denominadas "Barras Bravas" de asesores e invitados de parlamentarios, han acrecentado aún más la división ya existente en el Congreso. Resulta necesario recordar que nuestros congresistas están para legislar, elaborar y reformar leyes. No están para ver quién lleva más público a su galería de turno.
Cabe destacar la labor del Senado, en él se han propiciado acuerdos, un sano debate y un intercambio de posiciones legítimo en una democracia. Se produce así una brecha enorme entre una legislatura y la otra. Al menos, el proyecto de reforma al reglamento de la Cámara de Diputados, para evitar este tipo de desórdenes, va en el sentido correcto. Aunque del dicho al hecho, sigue existiendo mucho trecho.
José Luis Trevia
Pilar Arellano, abogada; Camila Boettiger, abogada; Daphne Contreras, profesora; Oscarina Encalada, ingeniera Civil; Isabel Margarita Rodríguez, diseñadora; Ana María Rojas, ingeniera Civil; Marisol San José, ingeniera comercial; Jésica Torres, abogada; Pía Vergara, psicóloga.