Endeudamiento
El endeudamiento de las familias y por persona creció en 2019, influenciado por los créditos bancarios hipotecarios y deudas con empresas retail. De la primera causa, en los hogares chilenos la deuda llegó al 75% del ingreso disponible. De la segunda: la región de Tarapacá subió a 45 mil personas morosas en casas comerciales. Dos cifras de varias, a nivel nacional y regional, que reflejan -según los expertos- una inestabilidad en el sistema de pagos por razones de bajos salarios e inestabilidad laboral que no se han podido solucionar.
Hay otras cifras que ejemplifican el panorama negativo de endeudamiento en Chile: uno de cada cuatro chilenos mayor de 18 años es deudor moroso en Dicom, y las personas con ingresos mínimos y medios destinan más del 25% de su sueldo en pagar deudas de consumo. Respecto a la Primera Región, un tercio de la población tiene alguna morosidad financiera, lo que se traduce en 55 mil personas, según la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).
Estos números transformados en casos, pueden evidenciar hechos de personas que por no alcanzarle el sueldo, tienen que optar por la opción de encalillarse por medio del uso de tarjetas de crédito. Este ejemplo y otros han duplicado la morosidad en la región, subiendo de un 11% a 22%. Según la CMF, el endeudamiento es prolongado y la mayoría está en el tramo de los 180 a 365 días de atraso.
Si bien es cierto que el ingreso disponible bruto de los hogares aumentó en 5,8%, respecto al tercer trimestre de 2018, según el Banco Central, es evidente que los bajos sueldos de buena parte de los chilenos, la inestabilidad laboral, entre otros factores, generan que las personas consideren el dinero disponible de las tarjetas como una extensión salarial, generándose de esa forma un peligroso sobreendeudamiento.
En ese contexto, es evidente que los salarios no alcanzan a cubrir parte de las necesidades básicas de miles de familias y que otras tantas carecen de una educación financiera que les permita salir de la morosidad y evitar gastos excesivos.
Con todo, es un tema que debe analizarse, toda vez que limita la calidad de vida de las personas.
"Respecto a la Primera Región, un tercio de la población tiene alguna morosidad financiera".