Ha sido buena iniciativa la creación de cajas preferenciales para la oportuna atención de los adultos mayores, discapacitados y embarazadas que van a efectuar cobros o pagos. Lamentablemente ese servicio no funciona adecuadamente, lo que suele ocurrir en ciertos bancos, supermercados y centros de pagos (se exceptúa a las cajas vecinales). Se hace imperioso que los servicios nacionales correspondientes se muevan para corregir esa situación.
Está el caso de un banco en el centro que tiene dos niveles, antes tenía una caja preferencial. El primero es para la atención de clientes habituales, mientras los que no son van al subterráneo, sin considerar los casos ya citados. Deben tomar asientos después de sacar un número y esperar tediosamente, como en un hospital público. Hoy hay atención directa en ambos niveles para las personas con esas situaciones.
En un supermercado en calle Vivar, si bien hay una caja preferencial, la cajera no hace respetarla cuando en la fila hay personas que no son adultos mayores. No es justo.
No puedo ni me corresponde hacer un recuento sobre lo que puede ocurrir en otras partes en relación a este tema. Este es la labor del Servicio del Adulto Mayor, del Discapacitado y de la Mujer. Ya es tiempo de hacer respetar plenamente ese derecho.
Renegociación de la deuda
Yo soy una deudora del CAE. Para mi la renegociación del CAE es una respuesta justa y acorde para quienes por una deuda ven truncado su sueño de acceder a una casa propia o a un crédito universitario.
Según los datos informados por Comisión Ingresa en 2019, hasta el momento hay 937.590 deudores CAE y el 61% de ellos ya está en etapa de pagar el crédito. El 40% de los estudiantes en edad de pagar se encuentra moroso, lo que equivale a unos 192 mil deudores y la morosidad aumenta en los casos de deudores CAE que no terminaron sus estudios, la que llega al 70% de los casos. Esta situación que ha hecho que muchos jóvenes, aun siendo universitarios, no logren salir del círculo de la pobreza.
Nadie puede desconocer la importancia que ha tenido el CAE desde su creación, entregando la oportunidad para que miles de pudiesen acceder al sistema de educación superior. Sin embargo, el fervor por el acceso impidió ver las consecuencias del fuerte endeudamiento e incapacidad de pago asociada que estaba generando el crédito en quienes lo obtenían.
Me parece bastante apropiada la oportunidad de renegociar el crédito, porque si bien no salda la deuda, al menos no será un impedimento para que las familias chilenas, teniendo todas las herramientas, logre obtener una mejor calidad de vida.
Asdrúbal Pinedo R.
Tamara Hube E.