Patricio Iglesias P.
El negocio de los centros de belleza y peluquerías está viviendo un cambio radical ante el cierre de los locales por la falta de clientes, debido a la pandemia de coronavirus.
Así ocurrió en la peluquería Rizzos, en Vivar con Zegers, donde optaron por poner un letrero señalando "Cerrado por precaución hasta el lunes 30 de marzo". Víctor Acevedo, quien integra el staff de estilistas reconoció la baja de clientes y que son 10 los trabajadores afectados por la crisis sanitaria el y cierre temporal del local.
Otros locales ubicados en calle Vivar con Zegers y O'Higgins optaron por no abrir, como ocurrió con el local D'Saloon, donde el encargado Patricio Rivera reconoció hace unos días que estaban solo con un 20% de la clientela habitual y donde trabajan 16 personas.
Los que siguen
En el local "Maya", cuya propietaria es Gina Beltrand, optaron por trabajar con mascarillas y usando alcohol gel y pulverizadores en base a cloro.
Gina Beltrand manifestó que la situación es complicada. "Por lo que debí cerrar el local que contamos en calle Vivar, donde laboran más de 10 personas". Sigue abierto su peluquería en Zegers.
Dijo la empresaria que en promedio las peluquerías "no solo consideran el personal y las máquinas, sino que los arriendos y estos son caros, porque llegan hasta un millón de pesos". Beltrand agregó que las peluquerías y spa son pymes, "y como tales debería existir algún tipo de ayuda de las autoridades, porque dan trabajo".
En su local de calle Zegers, la empresaria ha atendido en promedio a tres o cuatro personas diarias.
Uno de los problemas que enfrentan los trabajadores es que tienen una clientela fija, y su ausencia genera problemas para el pago al propietario del lugar, o para el arriendo de cada sillón asignado.
En el salón "Glamour y Estilo", sus estilistas decidieron seguir trabajando hasta lo que más puedan.
En la peluquería "Allison" optaron por trabajar en turnos como precaución. "Nos estamos turnando con las otras peluqueras, dos por día y hasta las 14 horas se abre", destacó Sonia Vaca.
Mientras que un resignado Carlos Piazze, de peluquería "Crespos", aseveró que "me tocó venir, acá trabajamos seis personas, pero optamos por atender". En lo trascurrido desde las 10 a las 12 horas había atendido dos personas. Ante la contingencia el cierre es a las 16 horas.
Locales de calle Ramírez optaron por cerrar.
1 millón aproximadamente pagan en arriendo las peluquerías. Piden se les reconozca como pymes y optar a ayuda.
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