EDITORIAL
Llamado de atención
El título de la novela de Gabriel García Márquez, "Crónica de una muerte anunciada", cuadra perfecto con el brote de coronavirus en el albergue del Liceo Bernardo O'Higgins de Iquique.
Los 654 bolivianos provenientes de la Región Metropolitana presentaban un riesgo inminente de generar un contagio al interior del recinto, lo cual fue advertido por las autoridades locales al enterarse vía redes sociales de la Cancillería que se enviaría un convoy con las personas que finalmente el jueves pasado llegaron a Iquique.
Hoy nos encontramos con un brote de la enfermedad, lo que ha demandado no solo los escasos recursos locales, sino también una preocupación extra de las autoridades que debieron habilitar otro recinto para poder atender a la población del albergue que está contagiada, como aquellos que son contactos estrechos.
Frente a esto no queda más que asumir una problemática que parte con la incapacidad del gobierno boliviano de hacerse cargo de la repatriación y cuarentena de sus ciudadanos, ya que se trata de personas que no tienen la culpa y están pasando necesidades de tipo humanitario.
Con todo, se deberán redoblar esfuerzos para mantener a raya los contagios que en la última semana pasaron de 164 a 295 casos confirmados en la región y así no generar una sobredemanda de los servicios asistenciales en momentos en que nos aprestarnos a las semanas críticas de contagios de enfermedades respiratorias.
Es vital que esta experiencia permita evitar que se vuelvan a enviar personas desde otras regiones a cumplir cuarentenas en la ciudad, ya que si bien en el caso de los bolivianos permanecen aislados de la población general sin poder salir de los recintos dispuestos, no hubo ningún proceso de revisión médica o testeo antes de iniciar su camino a la región, lo que finalmente generó la aparición de "casos importados", es decir, todo lo contrario a lo solicitado por el gobierno.
La situación de los ciudadanos bolivianos debe primero ser un llamado de atención para su propio gobierno, pero también para las decisiones que se toman desde el nivel central y que al parecer no consideran la opinión de quienes encabezan las regiones. Sin duda algo no se hizo bien.
"No queda más que asumir una problemática que parte con la incapacidad del gobierno boliviano de hacerse cargo de la repatriación".