Panadería solidaria beneficia a 500 familias en Alto Hospicio
La iniciativa reparte pan a adultos mayores y familias en riesgo social de diversos sectores hospicianos.
Una labor social en época de pandemia han emprendido juntas de vecinos, dirigentes, pobladores, colaboradores y socios que se agrupan en la Unión Comunal de Alto Hospicio, en cuya sede funciona desde el decreto de cuarentena una panadería solidaria que lleva el pan a las mesas de las familias más vulnerables.
Según indicó Ester Cisterna, quien es dirigente de salud y medio ambiente de la Unión Comunal, "en la panadería hacemos alrededor de 500 kilos de pan y con esto beneficiamos al mismo número de familias, porque no repartimos dos panes, repartimos entre un kilo o kilo y medio de pan según sea el grupo familiar y la necesidad de cada grupo o el número de integrantes".
"En conjunto con todos los dirigentes se generó esta idea de la panadería solidaria, porque tuvimos que cortar momentáneamente el comedor por lo que está sucediendo con la crisis sanitaria, así que empezamos a trabajar desde que se decretó la cuarentena", explicó Cisterna.
El reto vecinal aunque altruista no fue sencillo de partida, la dirigente contó a La Estrella que pese a la idea no sabían hacer pan. "En mis grupos uno de mis socios es panadero, y él se ofreció a enseñarnos a nosotros, y gracias a él todos aprendimos".
Hallullas, pan amasado y masas sin sal forman parte de lo que hasta ahora fabrican. El proyecto partió como una autogestión, donde se recibió ayuda "de amigos y amigos de los amigos, gestiones que hacemos nosotros, el proyecto es autofinanciado, de hecho ahora lo divulgamos por las redes sociales también para que nos acompañen y aporten con harina, levadura, manteca y materia prima", asentó Cisterna quien además de dirigente ahora hace las veces de panadera.
Son ocho socios los que aprendieron el oficio, y se turnan en grupos de cuatro para trabajar con las masas, evitando según contaron aglomeraciones en la sede y empleando las medidas de protección recomendadas por las autoridades de salud.
Por su parte Alejandra Gutiérrez, presidenta de la Unión Comunal fue enfática en señalar que este proyecto no es solo un logro de los dirigentes. "Esta panadería se ha realizado con todos los actores y las fuerzas vivas de Alto Hospicio, nos dieron permiso para repartir el pan cada tres días y hay una dirigenta del sector El Boro, tenemos otro en La Pampa, Las Tomas, el casco antiguo, tratamos de llegar a la mayoría de los sectores pero no da la capacidad porque la población es muy grande", refirió Gutiérrez.
El trabajo de repartir el alimento se lo dividen por cuadrillas, están los panaderos que además de fabricar guardan el producto en bolsas, y los de delivery que recorren las poblaciones.
Los adultos mayores y las familias con niños son la prioridad, y la necesidad la detectan por registros de visitas sociales previas a la emergencia sanitaria que por su tarea deben realizar los dirigentes de casa sector.
Grimaldina Contador es una de las que ha recibido el beneficio, para ella ha sido complicado durante la cuarentena buscar su pancito para la once, y el propósito de la panadería ha cubierto sus necesidades y la de su esposo.
Ambos tienen 63 y 64 años respectivamente y por padecimientos de salud propios de la edad han guardado al pie de la letra el confinamiento. La pareja forma parte de la población de riesgo ante el contagio y su dura situación económica limita al acceso de productos.
"Estoy agradecida porque han llegado a muchas personas que no tienen para comprar el pan, y de verdad es que han sido un siete con nosotros", destacó.
Los dirigentes agradecen también por el aporte en insumos para el pan que han hecho los concejales René Cáceres y Jessica Becerra, además de la seremi de Gobierno Ana María Tiemann.
8 socios de la Unión Comunal aprendieron con la ayuda de un panadero las fórmulas y recetas de las masas.