La importancia de la cuarentena

Lo dijo el propio ministro Jaime Mañalich ayer desde el Puerto de Iquique. Se trata de una acción extrema, pero todas las esperanzas para reducir los contagios en Iquique están asociadas al éxito de esta medida que en varias ciudades de Chile logró reducir los casos.

Ayer llegaron 6 nuevos ventiladores a Iquique, lo que en un inicio de esta emergencia parecía complejo, no por estos últimos, sino porque el hospital regional solo tenía 8 camas UCI disponibles y actualmente ya hay una capacidad instalada de 32 y se espera llegar a 60 en las próximas semanas, donde se sumarán 20 nuevos ventiladores adquiridos con fondos regionales.

Pero como se ha señalado no hay infraestructura, implementación y equipo clínico que aguante, si es que los casos en Tarapacá siguen creciendo, ya que entre más suben las cifras mayor es la posibilidad de aumentar la ocupación da camas de alta complejidad.

Si bien ayer las cifras de contagio aumentaron respecto a los últimos días y se volvió a tener sobre cien casos en 24 horas, es claro que los efectos de la cuarentena recién se verán en dos semanas, por lo que la comunidad no debe desanimarse y debe mantenerse en sus casas.

Aun queda que sigan pareciendo los casos de los contactos de las personas que fueron diagnosticadas en los primeros días de mayo, donde el número se fue a las nubes, pero es de esperar que con estas medidas más extremas la Región de Tarapacá avance rápido a tener más personas recuperadas que contagiadas.

La situación actual es crítica, sobre todo porque los contagios llegan ante un masivo brote de la Región Metropolitana, zona donde están los principales centros hospitalarios del país y que de igual modo han significado tener que iniciar traslados aeromédicos a otras zonas del país para evitar el colapso.

Es de esperar, que con la cuarentena total en las zonas más afectadas, podamos ir saliendo de una pandemia que en algún momento se pensó que estaba controlada y nos pone una nueva prueba como país.

"La situación actual es crítica, sobre todo porque los contagios llegan ante un masivo brote de la Región Metropolitana".

Estamos enfrentados a un momento de mucha incertidumbre (y de algunas certezas) que, necesariamente, nos obliga a tener una perspectiva histórica para no repetir los errores del pasado y las equivocaciones en las predicciones.

Una de las pocas certezas que teníamos al inicio de la pandemia era que traería aparejada una crisis económica. No podíamos saber hasta qué profundidad llegaría esa crisis. Por cierto, algunos países tienen mejor capacidad para resistir que otros, pero ninguno estará libre de todo mal. Chile, en el contexto latinoamericano, está en buen pie, pero no necesariamente inmune a una crisis en ciernes. Se ha anunciado que se repartirán 2.5 millones de canastas con víveres, y vemos que en algunas comunas apareció la solidaria olla común.

Chile tiene muchos ejemplos en su historia de momentos de crisis y hambre. Varios de ellos afectaron a nuestra región. Por ejemplo, el 31 de julio de 1919, el presidente de la república Juan Luis Sanfuentes, en el decreto N° 3247 autorizó a la Tesorería Fiscal de Iquique girar $ 50.000 para una olla del pobre para recibir a los obreros de las salitreras paralizadas. Estas ollas del pobre se extendieron hasta 1921. Le correspondió al León de Tarapacá, Arturo Alessandri, preocuparse de proporcionar alimentos a los cesantes y sus familias. Esta crisis quedó en la memoria de nuestra región como la más desgarradora hasta entonces. Digo hasta entonces, porque una década después llegó una crisis aún más profunda y permanente. Fue un fenómeno, al igual que hoy, llegó inesperadamente desde los países centrales. El presidente Carlos Ibáñez del Campo debió enfrentarla.

En 1931 estaba a la cabeza de la Intendencia de Tarapacá, Arturo Oyarzún, quien le envió una nota de auxilio al Presidente, donde le dice que quedan fondos destinados a los cesantes solo para dos días. Ibáñez, dentro de una lógica que hoy definiríamos de "keynesiana", le responde que "se inicien diversos trabajos en esa provincia como ser caminos, escuela Santa María etc.", además autoriza girar sobre la tesorería "antes que se produzca hambre". Efectivamente así se hizo, el edificio de la Escuela Santa María fue construido por manos de cesantes, también se inició el tranque Pachica, entre otras obras, gracias a la existencia de un Estado de bienestar y a la firme decisión de un estadista con carácter.

"Chile tiene muchos ejemplos en su historia de momentos de crisis y hambre".

Sergio González Miranda, Premio Nacional de Historia 2014

Bolivianos

Este martes se irían los últimos 107 bolivianos que estaban contagiados de coronavirus. Ya hicieron su cuarentena y es importante que se cumpla la palabra del gobierno altiplánico. ¿Seguirán siendo parte de la estadística al no estar en el país?

No salir sin permiso

Aunque se critica el aumento de permisos solicitados, sin dudas es mucho mejor ocuparlos que salir sin ellos, algo que se está dando en los barrios cuando se requiere de un insumo básico. Tratemos de no salir a no ser que no sea algo urgente y no dejemos de pedir el permiso.

Los ventiladores

En un verdadero acertijo se transformó la cifra de ventiladores que existía en el hospital de Iquique y los que estaban por llegar. Al ministro Jaime Mañalich claramente se le enredaron las cifras y eso terminó en una serie de errores en medios nacionales.