"Todo el sistema está estresado al máximo y, en algunas partes, sobrepasado"
El especialista habla de estrategias que han funcionado, y explica por qué lo que ocurra de aquí en adelante en Chile, en las dos semanas más críticas de la pandemia, depende del trabajo de todos.
LLa pandemia del nuevo coronavirus no parece dar tregua en Chile. La escalada de contagios, muertes, sobreexigencias en los servicios de salud, disparó esta semana las cifras que hace un tiempo parecían auspiciosas y las ha vuelto inquietantes.
Las autoridades están preocupadas, han reconocido algunos errores y han extendido las cuarentenas. La academia médica también está atenta, particularmente aquella que ha compartido su conocimiento en condición de expertos con el Gobierno. Es el caso del doctor Miguel O'Ryan, infectólogo del Instituto Biomédico de la Universidad de Chile y miembro del Consejo Asesor Covid, quien cree que estas dos semanas próximas son críticas, que buena parte de lo que ocurra desde ahora en adelante depende de nosotros mismos y que vamos a tener al virus con nosotros durante bastante tiempo.
-Los números de contagiados y muertos se han superado día a día. ¿Cuán grave es la situación actual?
-La situación actual es muy compleja. Se está llegando a niveles críticos de ocupación del sistema de salud, no aún, y esperamos obviamente que no llegue a eso, al nivel de saturación, en la medida que si consideramos la cantidad de ventiladores mecánicos, hay más de 300 disponibles, pero entiendo que toda la capacidad de camas críticas, no sólo de ventiladores mecánicos, sino también de personal especializado de todo tipo y de otros insumos, están al máximo de sus requerimientos, de tal manera que no hay ninguna duda de que estamos en una situación muy crítica y que, por ende, lograr una estabilización es fundamental. Hay indicios de que a las dos semanas de establecida la cuarentena, como pasa en la Región Metropolitana, estaríamos empezando una fase de un cierto nivel de estabilización, como se ve en las cifras de los últimos cuatro o cinco días, que oscilan en números que suben y bajan, pero no se aprecia la curva claramente ascendente de la semana anterior. Es una señal positiva, pero al mismo tiempo indica que el esfuerzo de toda la comunidad va a tener que ser duro y algo más prolongado.
-Se anunciaba el llamado "peak" para abril, pero sigue sin llegar. ¿Hay manera de saber si estamos en ese punto más alto y su consiguiente descenso?
-A veces las noticias tienden a concentrarse en dos o tres temas: o las mascarillas, o el peak o la saturación, en fin. Lo que hemos tratado de decir es que no hay que mirar esta enfermedad como una sola a lo largo del país. El comportamiento de las curvas ha sido variable en diferentes áreas y eso depende de muchos factores. Depende de las densidades poblacionales, depende del momento en que entró el virus y depende de las medidas que se han tomado en esa población. Entonces, uno ve, en ese sentido, a lo largo del país, que hay zonas que tuvieron un incremento de casos que podríamos llamar peak hace un mes y que luego de implementadas las cuarentenas bajaron; hay otras que no aumentaron ni bajaron; hay otras que están aumentando nuevamente, aunque a un menor nivel; hay otras que se han mantenido en un nivel bajo. Y si tomamos la Región Metropolitana como prototipo de región en que la epidemia está siguiendo un curso con mayor dificultad de control, uno podría decir que efectivamente hay una tendencia a una curva con un peak en estos períodos, que por lo demás depende de cuándo haya sido proyectado, a veces hace bastante tiempo. En ese sentido, obviamente ese peak se modifica en relación a la cuarentena que se estableció hace dos semanas, lo cual favorece, en lo posible, que estemos llegando a un nivel máximo y que, sostenida la cuarentena, se empiece a ver la estabilización y una bajada.
"¿Cuánto tiempo vamos a tener que mantener la cuarentena para lograr una bajada suficiente para que efectivamente nos alejemos ya del peak?, habrá que irlo viendo semana a semana, nadie puede decirlo a priori y es un error decirlo a priori. Hay que estar muy atento a cuando se vayan abriendo cuarentenas que va a tener que ser, a mi manera de ver, de forma bastante paulatina, con medidas importantes mantenidas en la población para que no haya una apertura completa en aquellas áreas que dejen de estar en cuarentena y se produzcan rebrotes significativos como puede ocurrir especialmente en las zonas más densamente pobladas".
-El momento, decía usted, es muy complejo, con los hospitales con capacidad al límite. ¿Cuán cruciales son estas dos semanas próximas?
-Son críticas. Son semanas críticas. La gente lo está viviendo. Muchos tenemos ya personas cercanas que han tenido que usar los servicios del sistema de salud y que han tenido que ir a los servicios de urgencia. Algunos han tenido que esperar muchas horas para ser atendidos, porque no es sólo un tema de camas críticas donde haya suficientes ventiladores mecánicos, sino que también debe verse de ahí para abajo, incluyendo todo el sistema de atención en los servicios de urgencia que están muy copados, los servicios de ambulancia para hacer traslado de personas que no pueden llegar a los hospitales y tienen que hacerlo con condiciones especiales de aislamiento. Todo ese sistema está estresado al máximo y, en algunas partes, sobrepasado.
-¿Por cuánto tiempo más esto será así?
-Depende de todos nosotros. Digo que depende de todos nosotros porque si la gente, por ejemplo, no cumpliese las cuarentenas esto puede seguir así ad eternum y puede incluso empeorar. Si la gente cumple las cuarentenas lo mejor posible y tenemos efectivamente una limitación de movimientos y se hace de una forma muy intensiva, puede ser que esta situación crítica dure dos semanas. Pero si las cuarentenas se cumplen parcialmente y los casos nuevos no se logran bajar digamos de los cuatro mil a los dos mil al día y de ahí para abajo, se podría visualizar que el sistema de salud puede dar abasto entre las personas que van saliendo de alta y las que van ingresando. Pero a nivel de cuatro mil casos diarios, no es posible, el sistema no daría abasto. De tal manera que es tarea de todos: hay que lograr bajar los números.
-Pero si los números bajasen en ese tiempo, tampoco habría que bajar la guardia…
-Aquí no podemos bajar la guardia, para ser bien concreto, en cuanto a lo que debe hacer cada ciudadano. Las medidas restrictivas más intensas va a haber que irlas moldeando para que se pueda volver a alguna actividad productiva y la gente pueda sobrevivir, no pueden persistir en esta forma permanentemente. Pero uno puede visualizar que todo este año vamos a estar en una situación de restricciones importantes personales y sociales: el distanciamiento vino para quedarse hasta tener vacuna probablemente y las medidas más estrictas de cuarentena vamos a tener que irlas implementando de forma reiterada por lo menos en todo lo que queda de este año, dependiendo de cómo se muestran las curvas en las diferentes áreas del país. No vamos a poder bajar la guardia, lo ha dicho todo el mundo, OMS inclusive, por muchos meses, si no es que por un año al menos, hasta tener una vacuna. Si no tuviéramos una vacuna, las medidas van a tener que mantenerse por varios años.
-¿Hay algo que se hizo mal por parte de la autoridad y hay algo que se hizo mal por parte de la población?
-Yo en esto trato de ser pragmático: el cómo manejar una situación tan compleja como esta fue una novedad para todo el mundo. Si uno piensa que hay países que lo han hecho mejor que otros, son muy pocos los países que lo han hecho probablemente muy bien en el sentido de que han logrado tener un incremento bajo de casos y destacan por sobre los demás. Se podría mencionar Nueva Zelanda, Australia, Singapur. En Latinoamérica, Uruguay. Estos países tienen en común, en general, que son países que no tienen megaurbes, sus niveles de hacinamiento no son tan extremos, donde sus poblaciones claramente respondieron bien a las instrucciones de las autoridades, con o sin aislamiento total. Pero esos países son más bien excepciones a una regla que fue la de autoridades y población que trataron de ajustarse de la mejor manera posible a una situación compleja.
"Yo creo que no es momento para hacer evaluaciones hacia atrás, porque todavía estamos en la mitad de la pandemia. Eso habrá que hacerlo de aquí a seis meses o un año, para aprender de ello y ver qué hacer mejor, mirando a futuro. Si uno evalúa cuáles han sido los problemas, diría que los problemas han sido lograr que la población pueda hacer un efectivo distanciamiento social y un efectivo lavado de manos y eso, o su defecto, es una mezcla entre lo cultural, entre la percepción de riesgos de la población, la educación de la población, mejor comunicación y educación por parte de la autoridad, yendo de arriba para abajo. Claramente en eso, como país, no hemos destacado. Diría que, en cuanto a la estrategia del Gobierno, es más difícil entrar a comparar un asunto tan complejo porque la realidad nacional es tan diferente a la de otros países, para empezar porque estamos saliendo de una situación inédita, un estallido social enorme. En ese contexto de complejidad, no me atrevo a hacer un enjuiciamiento de la autoridad política. Eso habrá que hacerlo a posteriori y tendrán que hacerlo otros".
-¿Por qué los modelos y las predicciones manejadas no fueron del todo certeros?
-Ha habido, en realidad, varios modelos con varias predicciones de cifras y obviamente esas predicciones no pueden hacer más que lo que la información les está dando. En ese sentido las informaciones iniciales eran esporádicas, condicionadas por muchos factores y que dependerían de las estrategias que se van adoptando en cada uno de los países para ver cómo van interfiriendo sobre las curvas potenciales. Era muy difícil evaluar cómo iba a ser el comportamiento de una cuarentena absoluta en Wuhan y cómo iba a ser en Chile, la cuarentena absoluta en una ciudad de once millones de habitantes o una cuarentena total en la Región Metropolitana de nuestro país. Los modelos son lineamientos generales, una visión del rumbo posible, con rangos muy amplios. Pero finalmente hay que ir haciendo modelamientos repetitivos basados en la información que se va generando semana a semana.