Medidas reactivas
El 3 de marzo se confirmó el primer caso de coronavirus en Chile, mientras que el 18 de ese mismo mes el Gobierno decretó el Estado Constitucional de Catástrofe por 90 días, medida que el 15 de junio fue prorrogada por otro periodo similar.
De acuerdo a los dichos de las autoridades, el país comenzó a prepararse desde enero para enfrentar una pandemia que hasta ayer ya había causado más de 312 mil contagios, 6.881 fallecidos confirmados, un histórico desempleo de 11,2%, más de 600 mil contratos labores suspendidos, extensas cuarentenas y una enorme crisis económica que tiene a muchas empresas en proceso de cierre.
En medio de este dramático escenario, hoy el debate se centra no solo en el ámbito sanitario, sino en cómo hacer frente a los problemas financieros que atraviesan miles de familias. Desde el Ejecutivo anunciaron una serie de medidas paliativas, entre las que se cuentan el bono Covid, créditos para las empresas y el ingreso familiar de emergencia. A eso se suma la discusión respecto al retiro de hasta del 10% de los fondos que administran las AFP, idea que mantiene incluso dividida a la coalición de gobernante.
Pero más allá de las críticas o simpatías que han generado estas iniciativas, lo cierto es que la pandemia develó la fragilidad en la que viven millones de compatriotas, quienes en forma constante deben luchar por llegar a fin de mes y se mantienen expuestos ante cualquier imponderable.
Con todo, cabe preguntarse si las medidas efectivamente se anticiparon a lo que venía. Desafortunadamente y a varios meses del primer caso de COVID-19, la experiencia indica que muchos no logran acceder a los créditos, otros todavía desconocen si son beneficiarios de la ayuda social y la decisión del retiro de una parte de los fondos de pensiones aún no tiene puerto conocido.
La respuesta, entonces, es casi evidente y da cuenta que el país no estaba preparado para enfrentar tan compleja situación. Aunque se han hecho esfuerzos, es necesario que las respuestas sean más rápidas y efectivas.
Buena parte de los problemas que enfrentamos hoy son consecuencia de una clase política que por años no supo leer las verdaderas necesidades de la población y enfocó su labor más bien en medidas reactivas y populistas.
"El país no estaba preparado para enfrentar tan compleja situación".