La llegada de la pandemia del coronavirus a Chile se produce en un particular momento para las regiones: a meses de la elección de gobernador regional, autoridad sobre la que se han generado importantes expectativas y, ante el complejo escenario sanitario y social que vivimos, se plantean grandes desafíos.

Desde los diversos territorios del país, en especial aquellos más extremos como Tarapacá, la idea de que el pueblo elija a quien lidere los destinos de la región representa la esperanza de dejar la "Santiagodependencia" antes de tomar decisiones relevantes para nuestra gente y, ahora también, encabezar las iniciativas que nos ayudarán, por ejemplo, a reducir el actual 9,3% de cesantía, tasa históricamente alta y que se proyecta siga en aumento.

En el marco de un foro virtual organizado por la Fundación Chile Descentralizado y que se realizó hace pocos días tuve la oportunidad de plantear lo que, desde la perspectiva de nuestro territorio y sus características, debieran ser los ejes que marquen la gestión de nuestro futuro gobernador o gobernadora regional.

Primero, el impulso de grandes proyectos de obras públicas que, por un lado, generen puestos de trabajo directos e indirectos y, por otro, incrementen la capacidad de nuestra infraestructura para consolidarnos como la plataforma logística, de servicios y turismo que conecte a Sudamérica con el Asia-Pacífico.

Aquí tenemos la construcción del Tercer Acceso a Iquique, en la zona del Monumento al Marinero, pensado para carga pesada y la ampliación del Frente de Atraque N°1, proyecto que permite a Chile tener en el norte un puerto de aguas profundas para competir con los terminales peruanos.

En segundo lugar, llevar adelante las propuestas del Comité de Reactivación de Zona Franca y el Turismo a fin de hacerlas parte del Plan de Reactivación Nacional Post-pandemia, tales como, la entrada en vigencia de la ley que permite que en el Aeropuerto Diego Aracena se venda combustible aéreo sin IVA o, en lo inmediato, que siga la suspensión del cobro por arriendo y postergar cobros de derechos de asignación en el sistema franco. Además, que Zofri vuelva a ser una empresa pública regional y palanca de desarrollo de Tarapacá, tal como fue concebida, y desde esa perspectiva, otorgue tarifas muy rebajadas durante el período de reactivación.

Nuestra histórica lucha contra el centralismo comienza a rendir frutos y uno de ellos, la elección de gobernador regional, debe sentar las bases de ese Chile que reconoce la diversidad de sus territorios y capacidades para construir un futuro. Esta crisis es la oportunidad para demostrarlo.

"Nuestra histórica lucha contra el centralismo comienza a rendir frutos".

Mauricio Soria Macchiavello,, alcalde de Iquique

El último cambio de gabinete del presidente Sebastián Piñera tiene sus causas. Las múltiples derrotas y harakiris propinados por los díscolos oficialistas -aunque tal vez esto último sea un oxímoron-, sumado a un agotamiento del diseño personalista del piñerismo, provocaron irremediablemente un nuevo cambio de gabinete que, esperemos, involucre también un cambio en la gestión política.

Con una mezcla de renovación generacional (Jaime Bellolio) y experiencia (Andrés Allamand), junto a experiencia parlamentaria y tonelaje político, el presidente Piñera jugó sus cartas en búsqueda de un mayor orden de coalición para otorgar gobernabilidad. No nos engañemos, ninguna modificación habría dejado satisfecha a la oposición, por algo es oposición, y el gobierno no tiene razón para contentarlos.

El nuevo gabinete cuenta con elementos suficientes para presentar sus cartas, dialogar y sellar acuerdos para las reformas necesarias e imprescindibles, como la previsional.

José Luis Trevia,

Fundación para el progreso

El 30 de julio de 2020 quedará como un triunfo simbólico de quienes por años sintieron el abuso de las AFP con sus ínfimas pensiones. Un día de jolgorio en que se logra retirar una pequeña parte de los propios ahorros para cubrir gastos básicos. En especial la profesora de Antofagasta, la enfermera de Punta Arenas, y tantas otras jubiladas modestas que contribuyeron por más de 40 años a formar una sociedad digna, pero que paradojalmente en la que sus mejores profesionales, líderes políticos, intelectuales y de la economía no han sabido retribuirle a su trabajo social de toda una vida.

Cada día tiene su afán, reza el dicho bíblico. Ahora el Presidente de la República y los parlamentarios tienen la maravillosa oportunidad de reestructurar el sistema previsional, de suyo, individualista y poco solidario. Deben apartar criterios economicistas importantes, pero no primarios, considerando la riqueza de 22.000 US que tiene el país de ingreso per cápita. Es decir, plata hay. Si quieren pasar a la historia por algo, implementen pronto un mecanismo en que todas y todos los ciudadanos puedan disponer en sus últimos años de una pensión justa, partiendo de 2 sueldos mínimos hacia arriba, no importando su origen o su ahorro.

Las nuevas generaciones lo agradecerán y serán distintas por vivir en país amable y de mayores oportunidades.

Gaspar Millas

Y pensar que hasta hace solo meses, el poder retirar parte, ni hablar el total de los fondos de pensiones de las AFP, incluso teniendo razones muy atendibles, como deudas impagables y/o enfermedades catastróficas, etcétera, era imposible, la negativa se escuchaba de Arica a Tierra del Fuego, fuerte y claro.

Pero hace unos días todo cambió, ocurrió lo impensado, y ahora los chilenos pueden retirar hasta el 10% de sus fondos previsionales.

¿Será el único o vendrán otros?

A prepararse para más sorpresas, no sería raro, ver entre las promesas de futuras campañas electorales, el promover nuevos retiros de fondos de pensiones, con frases como "Ve que no pasó nada, nada se derrumbó, ahora vamos por el 25% y que fue".

A propósito de las Fiestas Patrias y de las cuecas, "No hay primera sin segunda y sin tercera...", y no es chiste, porque si hay muchos que reiteradamente, una, dos, tres y más veces, infringen las reglas de la cuarentena, so pena de castigos y multas, imagínese ahora, si es para retirar más platita, más claro echarle agua.

Luis Enrique Soler Milla