Una pandemia como la que hemos vivido evidentemente cambiará muchas cosas en el mundo. Habrá muchas lecciones que recoger y algunas harán replantear los caminos que ya sea individualmente o incluso como humanidad entera hemos tomado.

En estos momentos, por lo general, se miran aquellos cambios en la vida cotidiana que más nos afectan, aquello que ha tocado en lo inmediato nuestro devenir diario. Sin embargo, este es el principio de las nuevas maneras de entender nuestra sociedad que vendrán una vez que esta pandemia haya sido superada. Y eso no necesariamente tiene que ser siempre desde una óptica negativa.

Así lo entiende, por ejemplo, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, quien hizo un llamado a usar la pandemia del coronavirus como el punto de partida para impulsar una gran transformación en las ciudades de todo el mundo, con respuestas a la crisis climática y a las grandes desigualdades que esta crisis sanitaria ha dejado en evidencia.

El titular de la ONU de Naciones Unidas presentó un informe sobre el impacto del covid-19 en los entornos urbanos, en el que se presentan además recomendaciones pensando en la recuperación de estas zonas, particularmente las más golpeadas por la pandemia.

"Es el momento de repensar y dar nueva forma al mundo urbano. Ahora es el momento de adaptarnos a la realidad de esta pandemia y las pandemias futuras", señaló Guterres en un mensaje en video.

Agregó que "debemos dar prioridad a los más vulnerables en nuestras ciudades, por ejemplo, garantizando a todos un lugar seguro donde cobijarse y vivienda de emergencia a quienes no tienen hogar. El acceso al agua y al saneamiento también es vital", especialmente al tomar en cuenta que las zonas urbanas y con mayor hacinamiento han sido las que se han visto más duramente golpeadas por esta crisis sanitaria.

El solucionar estas deficiencias, carencias y desigualdades es una de las lecciones y tareas que deja la pandemia que hoy azota al mundo.

"El solucionar estas deficiencias, carencias y desigualdades es una de las lecciones y tareas que deja la pandemia".

La pandemia que ha sembrado dolor en tantas familias con la muerte de seres queridos a los cuales no se ha podido despedir como acostumbramos y que siembra también incertidumbre ante el futuro, va también logrando que broten cosas buenas en nuestra sociedad.

Pienso que uno de esos brotes hermosos que hemos de saber cultivar es que, en medio de tanto dolor, con fuerza hemos aprendido a mirarnos y a darnos cuenta que nos necesitamos unos a otros y que en el trabajar en espíritu de comunidad es como lograremos vencer esta pandemia y salir adelante de la postración que ella va produciendo.

Uno de los males que había cundido en medio nuestro era el individualismo, no siempre teníamos los ojos abiertos para valorar y agradecer todo aquello con lo cual los demás van contribuyendo para el desarrollo de nuestra vida. Sin duda, lo primero en esto ha sido el aprender a valorar más la familia, sí lo sabíamos, pero no siempre lo vivíamos y ahora anhelamos el día de poder volver a encontrarnos y abrazarnos.

Más allá del hogar, cuánto valoramos y agradecemos por quienes nos llevan la basura, personas que pasan de noche, no conocemos, pero ahora más que nunca sabemos que están ahí ayudándonos para que tengamos mejor vida, ahí están quienes atienden los almacenes, quienes están en los servicios públicos, las autoridades tratando de responder a tantas y urgentes necesidades, los políticos discutiendo leyes que favorezcan a todos, para qué decir los médicos y personal sanitario, los carabineros, los miembros de las Fuerzas Armadas, los dirigentes vecinales, las comunidades de Iglesia, tantos jóvenes y adultos deseosos de servir etc. Sí, hay mucha gente sirviendo y colaborando de diversas maneras, uniendo manos y voluntades para servir y dar esperanza.

Cómo país estábamos muy alejados unos de otros; desigualdades, odiosidades, violencia ponían distancia entre nosotros y nos costaba entendernos. Sin duda todavía falta mucho para superar todo esto, y es una tarea pendiente, pero la pandemia, con dolor nos ha llevado a saber mirarnos, ver lo que no queríamos ver y tratar de ayudar para que nuestra patria sea esa gran mesa donde todos se puedan sentar y nadie se sienta excluido. Cuidemos los brotes que ahora aparecen y nos dan esperanza, esto es tarea de todos. Dios nos ayude.

"Uno de los males que había cundido en medio nuestro era el individualismo"

Guillermo Vera,, obispo Diócesis de Iquique

Los permisos de caminatas en solitario o de un niño acompañado de un adulto serían una buena idea para mantener la salud mental de miles de personas en esta cuarentena. Esto no tiene porque implicar más contagios.

Compras en pareja

Una gran cantidad de personas asisten a sus compras en pareja, lo que sin duda no ayuda a controlar la pandemia. Además, genera que aumentemos los indicadores de movilidad y que el aforo de los supermercados se alcance más rápido, generando filas.

Aprendizaje

Esta pandemia nos servirá de aprendizaje en muchos sentidos. En cómo cuidarnos ante cualquier virus de transmisión aérea, pero también en el trabajo de los equipos de salud y de las autoridades en general. Un país joven como Chile aún tiene mucho por aprender.