Pandemia y educación
La educación es una de las áreas más afectadas por la pandemia del coronavirus. Desde marzo los alumnos están sufriendo el impacto de la suspensión de clases presenciales y han debido convivir con un brusco cambio en sus rutinas, lo que sin duda generará algún impacto en su aprendizaje, tanto desde el punto de vista curricular como social.
El problema no solo lo experimentan los establecimientos de prebásica, básica y media, sino que también aquellos que dictan la educación superior, sean estos universidades o institutos profesionales.
De acuerdo a los antecedentes aportados durante la última semana de julio por la Universidad Arturo Prat y el CFT Estatal de Alto Hospicio, cerca de 600 alumnos han optado por congelar sus estudios. Según explicaron, los motivos se relacionan con los problemas económicos generados por la pandemia y las dificultades técnicas para conectarse a las clases virtuales.
Si bien los planteles han desarrollado esfuerzos para implementar las plataformas digitales, lo cierto es que, tal como se observa en otras áreas, el país no estaba preparado para una demanda tecnológica de esta magnitud y se terminó avanzando en la medida de lo posible.
Sin embargo, más allá de la evidente necesidad de potenciar el desarrollo de canales digitales apropiados para el proceso educativo, otro de los problemas se relaciona con la alta deserción escolar que estaría provocando la pandemia. Hasta 2019 más de 4.600 alumnos matriculados en la región abandonaron el sistema escolar y, lo que es peor, se prevé que este año se sumen más de mil escolares.
En ese contexto, es relevante que las unidades técnicas de los establecimientos educacionales continúen con la pesquisa de casos vulnerables, de tal suerte que el impacto sea el menor. Además, para retomar la rutina, aunque sea de una forma parcial, es indispensable que se generen acciones tendientes a favorecer la salud mental de alumnos y profesores, quienes han estado sometidos a un escenario desconocido y, en consecuencia, a un enorme estrés.
Tal como se analizan planes para reactivar la economía, es necesario que se proyecte cómo se retomará la educación. Sin duda será un proceso difícil para todos en la región.
"Que se generen acciones tendientes a favorecer la salud mental de alumnos y profesores".