Personas en situación de discapacidad pueden hacer cuarentena en residencia
Salud habilitó recinto con accesibilidad universal. Pacientes contaron sus experiencias.
Una residencia sanitaria con 120 cupos habilitó la Seremi de Salud. Además de ser la residencia con mayor capacidad en la región, es la primera que satisface una falta advertida por el ministerio, el acceso universal, lo que ha permitido su uso por personas en situación de discapacidad.
Esta semana podría salir de alta Luis Díaz, quien contó que perdió su pierna izquierda tras un accidente laboral en la desaparecida Marco Chilena. Esto lo ha llevado a utilizar muletas para movilizarse.
Cuando comenzó a sentirse mal, recordó, se dio cuenta que cumplía con síntomas del COVID, como la pérdida del gusto. En el consultorio Videla le hicieron el examen, el que confirmó la presencia del virus SARS-CoV-2. Agregó que su hija se enfermó de COVID al mismo tiempo. Ella también hizo cuarentena, pero en su casa.
Por esto, y ante la ausencia temporal de su hija, Díaz creyó conveniente acudir a una residencia. "No podía salir, cómo iba a sobrevivir, me faltaba la respiración, estaba con fiebre, y empezamos a gestionarla", expresó.
Afirmó que se asustó mucho, pues además sufre de diabetes e hipertensión. "Mi único contacto era con mi hija o cuando iba al negocio, pero empecé a mejorar. La vi mal, pero gracias a Dios ahora estoy súper bien", dijo.
Limitaciones
Dante Vega contó que ha perdido casi el 80% de su visión, con la mínima capacidad en uno de sus ojos, por lo que está pensionado por discapacidad hace ya casi dos años.
Relató que tuvo una pequeña molestia en la garganta y algunos problemas menores para respirar, por lo que fue al consultorio, donde se le diagnosticó el COVID. Luego decidió que debía ser trasladado a una residencia, de la que ya le dieron el alta y está recuperado.
Junto con valorar su paso por este recinto debido a la atención del personal durante su estadía, Vega dijo que, en paralelo, su familia debió realizar cuarentena domiciliaria. Comentó que el COVID-19 no pasó "a mayores" en su núcleo más cercano.
En lo personal, reconoció que "el hecho de tener problemas a la vista a uno lo limita en muchas cosas, porque uno no se puede desplazar, pero gracias a Dios lo mío no fue tan complicado, como para estar en cama o necesitar apoyo de respiradores. Dentro de todo, conmigo la enfermedad no fue tan violenta", señaló.
Asumen debilidad
El seremi de Salud Manuel Fernández reconoció que una de las debilidades observadas en la estrategia de residencias sanitarias fue que no existían cupos habilitados para recibir a personas con discapacidad, ya que los hoteles no contemplaban, en especial por su antigüedad, la accesibilidad universal.
"Cuando optamos por esta nueva residencia nos llamó el interés la posibilidad de dar mayor accesibilidad a las residencias. Este hotel cumple con tener habitaciones especiales para personas con discapacidad física, amplias, en las cuales perfectamente se puede trasladar una silla de ruedas. Hemos estado incorporando a personas con discapacidades físicas, visuales, auditivas y también una discapacidad que es compleja y que son las de tipo mental. Independiente de eso, está la necesidad de incorporarlos con un tutor que pueda apoyarlos en su estadía", comentó el seremi.
La vulnerabilidad, precisó Fernández, no radica necesariamente en una mayor dificultad para que personas con discapacidad puedan llevar el COVID, sino también por la falta de condiciones para acceder a servicios como las propias residencias sanitarias, situación que ya ha sido subsanada, afirmó.
120 cupos tiene la última residencia habilitada por Salud en la región.