EE.UU. no se unirá al plan global de vacuna
Detractores afirman que decisión pone en peligro a la población.
The Associated Press
El gobierno de Estados Unidos anunció que no colaborará en una iniciativa internacional para desarrollar y distribuir una vacuna contra el Covid-19 porque no quiere ser restringido por grupos multilaterales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la que se retiró en julio molesto por la influencia de China en la entidad.
Más de 150 países están creando el Centro de Acceso Global a Vacunas contra el coronavirus, o COVAX. La iniciativa, vinculada a la OMS, permitirá a los países aprovechar un conjunto de posibles remedios para garantizar que su población tendrán una cobertura veloz con las que sean efectivas. La OMS dijo que los gobiernos que están haciendo tratos con fabricantes particulares podrían beneficiarse de su integración en el COVAX, porque podría suministrarles respaldos en caso de que resulten ineficaces las que negocien de manera bilateral con los fabricantes.
"EE.UU. continuará comprometido con nuestros socios internacionales para garantizar que derrotemos a este virus, pero sin vernos limitados por organizaciones multilaterales influenciadas por la corrupta OMS y China", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Judd Deere.
"Este presidente no escatimará en gastos para garantizar que cualquier vacuna nueva cumpla con nuestros estándares de seguridad y eficacia dictados por la Administración de Alimentos y Medicamentos, sea probada cabalmente y salve vidas", añadió a nombre de Donald Trump.
El representante demócrata Ami Bera criticó la decisión. "Sumarse a COVAX es una medida simple para garantizar el acceso de EE.UU. a una vacuna, sin importar quién la desarrolle primero", tuiteó el médico. "Esta postura de ir por nuestra cuenta pone a EE.UU.en peligro de no conseguir una vacuna".
Igul de crítico fue Tom Hart, director para América del Norte de The ONE Campaign, una organización activista cofundada por Bono, de la banda U2. "Esta medida no sólo pone en peligro las vidas de millones en el mundo, podría aislar por completo a los estadounidenses de una vacuna efectiva contra el COVID-19", señaló Hart.
Un reducido número de las docenas de vacunas experimentales para pruebas en humanos han alcanzado el último obstáculo: la comprobación de que realmente funcionan.
AstraZeneca anunció el lunes que su candidata ha ingresado en la etapa final de pruebas en EE.UU. La compañía con sede en Inglaterra dijo que en el estudio participarán 30.000 adultos de diversos grupos raciales, étnicos y geográficos.
Otras dos candidatas comenzaron sus pruebas finales en decenas de miles de personas en EE.UU. Una fue creada por los Institutos Nacionales de Salud y fabricada por Moderna Inc. y la otra por Pfizer Inc. y por la alemana BioNTech.