Migración en Chile
El Senado ha estado votando el proyecto de la nueva ley de migraciones, respecto de la cual existen dos visiones, la de un sector de la oposición liderada principalmente por el frente amplio, promotor de una migración sin restricciones; y la nuestra que creemos en la libre circulación de las personas, pero también en el derecho del Estado a establecer requisitos y condiciones a quienes quieren ingresar a nuestro país, es decir, tener reglas claras que fomenten una migración regular, segura y ordenada, pues esta es la única manera en que se resguarden por un lado los intereses del país y sus habitantes, pero también el de los propios migrantes para que no se produzcan abusos.
Chile necesita una nueva institucionalidad en migraciones, pero es clave que lo realice de una forma que incentive la regularidad y dé flexibilidad al país para controlar los flujos migratorios. Sobre todo hoy con la grave crisis que estamos viviendo y que nos acompañará por bastante tiempo, existen en Chile más de 3 millones de personas sin trabajo, como país debemos ser empáticos con ellos y buscar la manera de dar solución a sus problemas y carencias; y claramente alguna de las indicaciones que se quieren aprobar en esta ley, van absolutamente por el camino contrario.
No es lógico ni resulta entendible que se quiera establecer en nuestra legislación migratoria medidas tan peligrosas como por ejemplo el llamado turismo laboral; el querer que luego de dos años de estar en Chile sin importar la forma, el país deba entregar visa a esas personas; el señalar que todos los que entren, también sin importar la forma, dentro de los 90 días después de publicada la ley deberán ser regularizados; el establecer ciertas visas garantizadas como es el caso de los que se les llama en la indicación "mujeres víctimas de tráfico de migrantes", no entienden los senadores autores de esta indicación que en este delito no hay víctimas, que esto es distinto a la trata de personas, en el tráfico de migrantes la persona paga a un "coyote" para que lo ingrese clandestinamente al país, es decir es coautor del delito y se les quiere garantizar una visa, eso no resulta de ninguna manera racional ni coherente.
En fin, esperamos por el bien de Chile, de los chilenos y de los buenos migrantes a quienes reconocemos su aporte al país, que predomine la cordura y el bien superior y no terminemos aprobando una ley basada solamente en una postura netamente ideológica sin sustento en la realidad, y en que sus propuestas afectan gravemente a nacionales y extranjeros.
"Es clave que lo realice de una forma que incentive la regularidad y dé flexibilidad al país para controlar los flujos migratorios".
Luz Ebensperger, senadora por Tarapacá