Migrante: "Salir de Venezuela nos costó más que llegar a Chile"
Por siete días junto a su esposa y cuatro pequeños hijos, un venezolano viajó por carretera para llegar a Chile.
Romel J. Puche
José Hernández junto a su esposa y cuatro hijos es una de las ocho familias de migrantes venezolanos que, hasta la fecha, han sido acogidos por la casa de abrigo de la Parroquia Espíritu Santo, lugar donde se les ha brindado una residencia transitoria hasta que puedan continuar su viaje hacia el sur del país.
Una travesía de siete días recorriendo rutas en autobús, y con apenas una escala de una noche en Guayaquil, fue el camino que desde el estado Apure, en Venezuela, trazó Hernández con su esposa e hijos hasta llegar a Bolivia, donde finalmente cruzaron a pie hasta Colchane para luego albergarse en el estadio de Huara, habilitado para el tránsito de los migrantes.
"Salir de Venezuela nos costó más que llegar a Chile, fue más difícil todavía estando en un estado fronterizo como Apure, cuesta mucho porque tenemos una Guardia Nacional totalmente corrompida, que para permitirte el paso por los puntos de control ponen peros para sacarte algo de dinero", refirió Hernández quien en el país caribeño se desempeñaba como vendedor de repuestos de autos.
Formado profesionalmente como administrador de aduanas, el hombre de 36 años de edad en sus días libres vendía hamburguesas y él mismo las entregaba por delivery, trámite que le dejaba menos de un dólar de ganancia por cada producto vendido, pero que en algo apoyaba la supervivencia de su núcleo familiar.
Salir de Venezuela, cruzar toda Colombia desde Bogotá, transitar Ecuador y Perú hasta llegar a Bolivia, fue el itinerario cuyo reposo llego al ingresar a Chile, y refugiarse por un par de semanas en el estadio de Huara, donde se autodenunciaron ante la PDI para poder ser socorridos.
"Todos los pasos fronterizos que cruzamos debimos hacerlos de forma ilegal porque las fronteras están cerradas producto de la pandemia, en Tumbes descubrimos que hay mafias que se dedican a pasarte, entre ellos inventan cosas para poner trabas, le colocan sobreprecio a los pasajes, y el fin es lucrarse con eso, fue difícil entrar en Perú", contó Hernández como uno de los tramos más complejos.
Casi dos horas caminó el venezolano con su esposa e hijos menores, que llevaban en sus brazos, por los pasos de Colchane. El propósito es reencontrarse con familiares en Concepción, quienes ya están establecidos en Chile hace algunos años.
Con PCR negativos, la familia bajó por su cuenta hasta Iquique, donde al comprar sus boletos no pudieron seguir al ser controlados por la aduana sanitaria.
"Allí los funcionarios nos solicitaron una documentación que no teníamos, no pudimos seguir pese a tener el papel de la autodenuncia y el PCR negativo", dijo que tras eso perdieron los boletos y se quedaron sin dinero.
"De allí nos fuimos a la Catedral, y coordinaron recibirnos acá en la parroquia, estamos esperando cumplir con la documentación para seguir, contamos con el apoyo de nuestras familias.
El padre Vicente Tají, párroco de la iglesia, señaló que "es un servicio solidario y transitorio, esto nació por ver a niños y embarazadas en las calles juntando su dinero para seguir en su destino tras salir de la residencia sanitaria".
El lugar cuenta con un cupo para hasta 60 personas, y recibe el apoyo de Cáritas y la Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas, a la fecha han sido recibidas ocho familias, y actualmente se mantienen solo dos, las otras siguieron su rumbo.
Huara
El gobernador del Tamarugal, Jussef Araya, dijo que "actualmente hay alrededor de 400 migrantes en el estadio de Huara, y la Seremi de Salud les tomó PCR para detectar personas que hayan ingresado durante los últimos días con covid, con ello, se dará prioridad para bajarlos posteriormente a una residencia sanitaria".
romel.puche@estrellaiquique.cl