La restricciones a raíz del coronavirus ya se han extendido por más de siete meses, que en Iquique incluyeron gran parte de ese tiempo en cuarentena y ahora en transición.

Pese a ello, el cumplimiento de las medidas preventivas no siempre ha sido en concordancia con la gravedad de una pandemia que ha generado 251 muertes en la región de Tarapacá.

Una de estas transgresiones está relacionada con el consumo de alcohol y drogas en el borde costero, donde todos los días es posible ver a personas, principalmente jóvenes, que llegan al borde costero y donde el consumo de alcohol y marihuana es habitual.

Según información de la Capitanía de Puerto de Iquique, en lo que va del año han habido 466 infracciones en todas las playas de la comuna por no respetar la ley 20.000 de drogas y la 19.925 de expendio y consumo de alcohol. Cifra que comparada con lo registrado a esta misma fecha en 2019 (150), triplicó su número.

Aunque la mayor cantidad de infracciones está dada con una mayor fiscalización a causa de la pandemia, es lamentable que esta práctica que está prohibida por ley, no haya bajado, pese a los peligros que supone en el contexto actual.

En paralelo a este consumo está la gran cantidad de basura que queda en las playas, que según la Municipalidad de Iquique entre el pasado jueves y viernes, se retiraron dos toneladas de basura, principalmente botellas, latas, colillas y envoltorios de alimentos.

Todo lo anterior da cuenta de que no puede haber un relajo en materia de fiscalización, puesto que estas prácticas son un importante foco de contagio, puesto que se realizan sin ningún tipo de medidas sanitarias y donde ante cualquier contagio se generan focos familiares que terminan aumentando los casos y siendo peligroso al llegar a la población de más edad.

Es importante que sean las mismas personas las que cumplan, sin embargo, cuando esto no ocurre, es clave que esté la autoridad y se apliquen las sanciones correspondientes, sobre todo cuando se le quiere ganar la batalla a este virus que se ha llevado tantas vidas y del cual se espera una nueva ola de contagios.

"Todo lo anterior da cuenta de que no puede haber un relajo en materia de fiscalización".

Una de las motivaciones para postular a la rectoría, era el dolor como egresado de la Universidad Arturo Prat, de no estar bien situados en los rankings y en el corazón de la comunidad, como nos hubiese gustado. Al llegar a la rectoría nos encontramos con un panorama financiero y de gestión muy preocupantes, con estados de resultados negativos los últimos tres años y un extremo endeudamiento (total de pasivos de $48 mil millones en el año 2019), a lo cual se sumó el estar ad portas de un nuevo proceso de acreditación.

Lejos de dedicarnos a lamentarnos, nos pusimos a trabajar de manera mancomunada desde el día uno, socializando la situación, construyendo un diagnóstico claro y comenzando a elaborar un nuevo Plan Estratégico Institucional (PEI), carta de navegación con la cual nuestra querida Universidad logrará sobrevivir, proyectarse, mejorar su quehacer, mantener la acreditación y, posteriormente, lograr el anhelado prestigio, a nivel nacional como regional.

Hoy hemos tenido que tomar decisiones muy difíciles que nos duelen a todas y todos, por lo cual es comprensible que la comunidad esté preocupada, pero queremos dar la tranquilidad que existe un diagnóstico claro y se están tomando las medidas necesarias para lograr el equilibrio entre lo que se recauda y lo que se gasta con un proyecto de futuro. Un proyecto que busca que nos destaquemos por realizar docencia, investigación, vinculación y gestión con calidad, ya que estamos reordenando nuestros procesos; con equilibrio financiero, para lograr la ansiada acreditación, mejorar en los rankings y transformarnos en una institución símbolo de la cual la comunidad y el territorio se sientan orgullosos. Solo así las futuras rectoras y rectores no tendrán que volver a pasar por estos tristes momentos.

Invitamos a la comunidad a confiar en la Unap, pues estamos trabajando para que esta crisis nos haga más fuertes y de esta manera aprender las lecciones necesarias para construir un camino sólido, serio, equilibrado y de prestigio.

"Invitamos a la comunidad a confiar en la Unap, pues estamos trabajando para que esta crisis nos haga más fuertes".

Alberto Martínez,, rector Universidad Arturo Prat

Al parecer la fase de "Preparación" no significó mayores cambios para los empresarios gastronómicos de Alto Hospicio. No hay que desanimarse y hay que seguir haciendo esfuerzos para llegar a la Fase 4.

Calles con hoyos

Iquique está lleno de calles con hoyos, pero hay algunas que pueden celebrar fiestas de aniversario a los cráteres que tienen en sus calzadas. Una de ellas es calle Bernardino Guerra, donde la autoridad se comprometió hace dos años a repararla y aún es un desastre.

¿Peatonal?

Pese a que se dijo que calle Luis Uribe sería peatonal y se instalaron topes para impedir el ingreso de vehículos, ese sector se terminó convirtiendo en estacionamiento. Es sorprendente que en pleno corazón de Iquique no se aplique una fiscalización como corresponde.