Los carros navideños son una de las tradiciones más importantes en Iquique, donde los trabajadores se organizan para llevar regalos a sus hijos y repartir alegría por las calles durante el mes de diciembre. Este año, como muchas otras tradiciones deberán suspenderse con el fin de evitar que los casos de coronavirus se disparen.

La mayoría de los sindicatos de trabajadores de la ciudad decidieron ya, que no realizarán este tipo de manifestaciones, donde ellos mismos han mostrado su interés por poner por encima la salud de sus asociados y sobre todo de los niños, que reciben estas visitas, donde un gran número de personas se aglomera al interior de las casas a la llegada de estos carros.

Ayer, la autoridad sanitaria emitió una resolución que prohibe este tipo de iniciativas. Restricción que quedará estipulada en un bando, con el fin de que no existan dudas respecto a lo peligroso que puede resultar esta actividad, que podría hace retroceder a Iquique a cuarentena.

Pese a que algunos pocos insisten en que debería realizarse con resguardo, el control de las medidas sería imposible, sobre todo cuando se trata de una actividad cargada de afectividad y donde es muy difícil mantener el distanciamiento y además se podría llevar un contagio por diversos hogares.

En el caso del comercio, como se ha tratado de comparar, las personas que acuden a comprar lo hacen con mascarillas y al no conocerse entre sí, lo que hace más fácil el distanciamiento.

Es importante, que como ya lo han hecho incluso los sindicatos pesqueros, que son quienes masificaron esta tradición de más de 70 años, los demás trabajadores hagan lo mismo y procedan en consecuencia con lo racional y opten por la salud de sus seres queridos, sobre todo si se ha luchado tanto hasta ahora, para mantener a los niños con clases virtuales y protegidos, como para lanzar todo por la borda.

Es claro que a todos los iquiqueños les duele que los carros no salgan este año, como también las suspensiones de las fiestas religiosas, no obstante para cualquier padre es impensado arriesgar a sus familias por una linda tradición, pero que se podrá seguir realizando desde el 2021.

"A todos los iquiqueños les duele que los carros no salgan este año, como también las suspensiones de las fiestas religiosas".

En el organigrama de la escuela donde pasamos buena parte de nuestra infancia, no aparecía la figura del semanero. Menos la del portero o el de la señora que en un improvisado quiosco vendía golosinas. Ni pensar en el heladero que se paraba en la esquina. Era el semanero invisible, pero higiénicamente necesario. Por el espejo retrovisor, que nos lleva a la infancia, con calles de tierra, y escuela humilde, y orgullosos que tuvieran número, empezamos a crecer. Sin duda, que los recuerdos siempre nos hacen trampas. No siempre todo pasado fue mejor.

El semanero o semanera, tal como su nombre lo indica, era un cargo que duraba una semana y tenía que ver con el aseo de la sala, su adecuada presentación para fechas claves como el 21 de mayo, el 18 de septiembre y por cierto, el aniversario de la escuela. La almohadilla, hecha de género, aporte de alguna madre, tenía múltiples usos, el más común aparte de borrar la hermosa caligrafía de doña Gloria Lavanal, volar por los aires, en búsqueda del cuerpo de un distraído compañero. Este objeto tan necesario una vez que por su uso, dejaba de ser útil, en su exhumación, dejaba ver sus visceras compuestas de viejos calcetines, mangas de camisas y otras prendas.

El semanero, volvamos a esa figura, se tomaba el rol con la seriedad con la que nos miraba Bernardo O'Higgins desde ese cuadro que se repartía en todas las escuelas del país. El que no fue semanero o semanera no sabe de lo que escribo. Ignora quedarse en soledad en esa inmensa sala ordenando, echándole petróleo al piso, borrando el pizarrón pintado con esas tizas blancas duras como el palo de un chupete helado. Semanas que parecían eternas.

Una canción de Quelentaro nos habla de este personaje que fuimos todos: "Voy a viajar a la infancia/ Contrariando al calendario/ Voy a desganchar noviembre/ Que lo llevo pa mi escuelita/ y que semanero me voy florecido y lejano". En nuestro curriculum debería aparecer ese oficio que subsidiaba al Estado.

"El semanero o semanera, tal como su nombre lo indica, era un cargo que duraba una semana y tenía que ver con el aseo de la sala".

Bernardo Guerrero,, sociólogo

Aunque muchos se quejan de que Iquique no salga de fase 2, el cumplimiento de las restricciones es muy bajo. El fin de semana son muchas personas en las playas, ferias e incluso bebiendo en la vía pública.

Cuentas alegres

Ante la aprobación del segundo retiro del 10% de la AFP en el Congreso, los comerciantes se soban las manos. La venta de televisores y teléfonos móviles está en alza. Es importante que la economía se active, pero se deben tomar con calma las compras.

Migrantes

Aunque los migrantes en residencias sanitarias no generan mayor riesgo para los indicadores regionales, aquellos que andan en las calles y se saltaron los controles fronterizos sin hacer cuarentena, son un riesgo desde el punto de vista sanitario. Es necesario mayor control.