Luego de debates que se extendieron por varias décadas, el 14 de enero de 1949 se publicó en el Diario Oficial la Ley 9.292, que estableció el Sufragio Femenino. Este había sido promulgado el 8 de enero de ese mismo año por el entonces Presidente de República, Gabriel González Videla.
Un poco antes, en 1943, ya se había aprobado la participación de las mujeres en las elecciones municipales, pero solo a partir de 1949 se les concedió derecho a voto para las presidenciales y parlamentarias. La historia da cuenta que la primera participación femenina en una elección presidencial fue en 1952, donde resultó electo Carlos Ibáñez del Campo.
Con el correr de los años la participación de la mujer en la vida política fue avanzando, pero solo en 1970 el número de habilitadas para sufragar igualó al de los hombres.
No obstante y pese a que ya han pasado 72 años de ese 14 de enero de 1949, todavía queda mucho camino por recorrer y una importante deuda en materia de paridad de género sigue pendiente, sobre todo en los cargos más relevantes de la administración pública.
En los últimos años y pese a una serie de acciones que han logrado mantener el tema en la discusión pública, los hombres continúan ostentando más cargos de responsabilidad, tanto en el mundo público como el privado.
Solo en el ámbito regional, las municipalidades de las siete comunas de Tarapacá están lideradas por hombres y la presencia femenina en los concejos municipales y en el consejo regional es significativamente menor, algo que no se condice con las demandas de paridad.
Sin duda que el camino ha sido largo y mucho más complejo que el esperado, pero ahora que comienza la segunda década del siglo 21, con todo el conocimiento y desarrollo tecnológico que el país ha logrado atesorar, es fundamental que este proceso se consolide y, de una vez por todas, hombres y mujeres logren desplegar sus capacidades sin ningún tipo de prejuicios.
"La presencia femenina en los concejos municipales y en el consejo regional es significativamente menor".