Cuando solo han transcurrido 15 días de 2021, la región ya suma ocho víctimas fatales relacionadas con hechos de sangre, una situación preocupante para una zona que hace más de una década encabeza los índices de victimización a nivel nacional y que ninguna administración pública de turno ha logrado resolver.
De acuerdo a los datos aportados por los organismos policiales, en lo que va corrido del año se han registrado seis asesinatos entre Iquique y Alto Hospicio: dos fallecieron tras recibir un impacto de bala, uno a causa de un fuerte traumatismo y tres luego de sufrir ataques con arma blanca. A esos se suma el dramático crimen que ocurrió el fin de semana en la localidad de Sibaya, donde la Fiscalía imputó a un hombre de 34 años por los delitos de femicidio y parricidio.
Se trata de un inicio de año que da cuenta de una realidad que, desafortunadamente, sigue presente en la región y que demanda la máxima atención de las autoridades, sobre todo de aquellas ligadas a la seguridad ciudadana. El problema inquieta todavía más si se considera que, producto de la crisis sanitaria, constantemente se está reiterando un aumento de la labor fiscalizadora y de los controles en la vía pública.
De acuerdo a los organismos policiales, durante 2020 se registró una baja de los delitos de mayor connotación social, sin embargo, es clave poner los datos en contexto y considerar que durante casi todo el año Tarapacá experimentó un escenario totalmente distinto, con una cuarentena que se extendió durante meses y una baja significativa de la movilidad. Eso, no cabe duda, tuvo un impacto en los resultados, pero en ningún caso podría considerarse como una tendencia que refleje la realidad regional.
Es importante que la autoridad fortalezca la acción de las instituciones policiales con recursos humanos y técnicos que permitan hacer frente a la delincuencia, que sigue presente en los barrios, sobre todo en Iquique y Alto Hospicio.
Bandas delictuales, drogas y armas de fuego siguen merodeando por la región y es una grave situación que no se debe desatender, incluso en medio de la pandemia.
"Bandas delictuales, drogas y armas de fuego siguen merodeando por la región".